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Cayla

El uso de juguetes inteligentes y conectados a Internet cada vez está más extendido. Sus características, que a primera vista pueden resultar divertidas o interesantes para padres e hijos, pueden suponer un grave peligro para la privacidad y la seguridad, tanto de los niños como de su entorno. 

Este tipo de juguetes dio que hablar en las pasadas Navidades, generando preocupación entre un gran sector de padres y expertos en ciberseguridad y protección de datos. A pesar de las advertencias, fue imposible evitar que miles de juguetes con conexiones como Wifi o Bluetooth fueran regalados a muchos niños.

Una vez más, estos juguetes han vuelto a ser noticia, esta vez por sus graves fallos de seguridad.

El pasado mes de febrero, la Agencia Federal de Redes de Alemania pidió a los padres que se deshicieran de la muñeca conectada Cayla, ya que se está considerando una peligrosa herramienta de espionaje con características prohibidas en el país. Según los expertos, esta muñeca, graba y guarda conversaciones mantenidas con los niños y posee un sistema de seguridad muy débil y a la que es muy fácil acceder, siendo posible, incluso, hacer que diga palabras malsonantes a los niños.

A su vez, los peluches conectados CloudPets, que, mediante un usuario y una aplicación móvil permiten a los padres comunicarse a distancia con sus hijos, han sido el foco de atención recientemente, ya que se ha descubierto que 800.000 cuentas de usuarios y dos millones de conversaciones entre padres e hijos han sido expuestas sin ningún tipo de seguridad ni advertencia por parte de la empresa fabricante.

Han sido varias las autoridades de protección de datos que se han pronunciado respecto a este tema, siendo una de ellas la CNIL de Francia, que ha establecido una serie de medidas y advertencias para los padres y el uso de estos juguetes. Entre otras, sugiere que nadie más use la cuenta de usuario de los juguetes, que no se introduzcan datos reales del menor y que los padres estén pendientes de borrar y revisar periódicamente los datos que almacena el juguete.

En esencia, estos tipos de juguetes no dejan de ser una cámara o un micrófono que acompaña al menor de edad en muchos momentos de su vida cotidiana. Si toda la información a la que tienen acceso cayera en malas manos, los problemas podrían ser muchos. Es por ello por lo que es conveniente conocer los peligros que conlleva el uso de este tipo de dispositivos, tomar precauciones y ser conscientes de que, a pesar de aportar ventajas y características interesantes, pueden generar graves problemas de privacidad.

 




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