Como Abogado especialista en tecnologías, patentes y demás materias de Propiedad Intelectual e Industrial, me preocupa que los cambios tecnológicos y digitales no arremetan tan duro como se espera en los negocios de mis clientes. Es esencial comprender la realidad aunque su complejidad lo dificulte cada día más, porque la buena conciencia nos permitirá trabajar conjuntamente con asesores y abogados para mutar el negocio.
Mi opinión como Abogado sobre los efectos de la digitalización industrial
El sector industrial está bien escarmentado, revolución tras revolución no cesan los cadáveres por el camino, y es que en la actualidad no existen sectores en los que casi no haya competencia. Hoy hasta el más pequeño tiene la posibilidad de abrir su propia página web, currarse una apariencia chick y cuidada de su sitio web, y que a partir de ahí le empiece a llegar el negocio. Ejemplo de ello tenemos negocios que sin necesidad de abrir tienda u oficina al público, han madurado en el mercado con tan solo un almacén o taller desde el que operar, y el resto se ha hecho con un buen trabajo comercial y de plataformas digitales.
Los que se esfuerzan en entender la tecnología tienen cada vez mayor recompensa
A veces pienso que podría hacer más como Abogado para seguir creciendo en presencia de Internet, pero lamentablemente mi sector es todavía muy clásico y acomodado a la antigua, lo que supondrá que la digitalización se notará con mayor lentitud. Aunque el lado positivo es que la mayoría de los clientes prefieren trabajar desde casa o enviando documentación por email después de una primea reunión presencial, lo cual ya es suficiente cambio si tenemos en cuenta que antes siempre se intercambiaba o facilitaban documentos en mano.
El Éxito será para los que entiendan las mejoras en Conectividad, Automatización e Inteligencia para su negocio
Estas tres industrias serán las que revolucionen los negocios como los conocemos ahora. La transición ya ha comenzado, y la lideran las grandes empresas, las que pueden permitirse grandes equipo de cabezas pensantes para elegir por dónde tirar en el cambio.
La mejora en conectividad debe ir enfocada a crear enlaces entre la estructura de trabajo y el incremento de visibilidad en el mercado.
El negocio tiene que automatizarse lo máximo posible sin dejar de lado el trato que más valora el cliente, en las etapas del negocio que más lo valore y por supuesto, dejar a la máquina, sistema y automatización lo demás.
La inteligencia en los sistemas ayudará a ser más rápidos en tareas cuotidianas, sobre todo en reconocimiento y traducción.
Los tres anteriores serán los principales líderes de la nueva revolución del sector negocios, según informes del McKinsey Global Institute. La información que más conviene destacar es que los que se anticipen a la adopción tecnológica tendrán una mejora del cash flow del 122% (una barbaridad), en cambio los que sigan la tendencia una vez les llegue la ola y no les quede otra (y harán bien, porque muchos otros ni cuando tengan el agua al cuello se digitalizarán, como mínimo), estos últimos tendrán un incremento del 10%. Es por ello que arriesgar en implementar mejoras debe ser una actividad de interés para todos, porque los riesgos en comparación con los potenciales beneficios, salen muy a favor del negocio.
A continuación os dejo una gráfica de ejemplo. Por un lado el crecimiento de las empresas y/o profesionales que crecen tecnológicamente, los que se suman tarde, y los que se quedan obsoletos:
El 5% de los trabajos pueden ser 100% automatizados
La cifra me parece pequeña, pero según informado, 5 de cada 100 puestos de trabajo serán automatizados y se prescindirá del trabajador que o pasará a otro puesto más complejo, o perderá su empleo actual.
El 62% de los trabajos tienen un 30% de tareas automatizables
Como indica la cifra, la mayoría de los trabajos tendrá una automatización de al menos el 30% de las tareas actuales. Esto ya viene sucediendo, por ejemplo en mi caso, utilizo programas que automatizan la bandeja de correo electrónico, seleccionan contenidos y me permiten revisar todo y responder en menos tiempo. El trabajo de revisar uno a uno ya ha quedado en el olvido, ahora las cosas se ordenan por nombres, referencias e importancia.
La Automatización no es una “mejora” que llega a los negocios, sino una mutación que golpeará las industrias
En otra época como la de la industrialización, podemos decir que se mejoraron procesos de producción, cadenas de montaje y otros trabajos que se hacían manualmente a ser hechos con procesos mecánicos, pero en general seguía siendo una persona quién realizaba las tareas, con unas herramientas distintas, industrializadas. Ahora mismo está viniendo el cambio de era, la digitalización de los negocios, no el cambio de herramientas por otras mejores, sino el de sustitución de personas por sistemas y programas automatizados e inteligentes.
Como Abogado he decidido asesorar y preparar a mis clientes para los cambios en su sector
Apoyo a mis clientes, personas y empresas no solo jurídicamente como lo ha hecho tradicionalmente el Abogado. Sino que guío al empresario en su expansión al mundo digital, a las plataformas web y del análisis de datos para incrementar sus ventas, productividad y ganar nuevos nichos de mercado. Este es el rol que como abogado estoy desarrollando y que me hace distinto a otros profesionales de la abogacía, pues yo no me dedico a los problemas que han existido durante generaciones y se siguen sucediendo a día de hoy. Sino que he decidido poner mi conocimiento informático, de márketing, sistemas e Internet en favor de mis clientes, para que puedan confiar uno de los elementos más importantes de su negocio, la proyección hacia el futuro.
Recuerda, el cambio no es un cuento, ya sucedió, y esta vez viene muy heavy!
No es el paso de escribir cartas a enviar emails, de tener un teléfono en el que sólo escribías 120 caracteres en un SMS a lo que haces hoy que es escribir conversaciones enteras. Estamos en un clímax de la tormenta que romperá sectores, abrirá portones a los que estén preparados y moverá el negocio de una punta a otra. No es una crisis económica como la burbuja inmobiliaria en España, es un Big Bang digital.
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