Cada vez son más los despachos que se quedan atrás ante la transformación digital que está viviendo el mundo. Muchos profesionales se encuentran, a diario, con todo tipo de obstáculos surgidos de la falta de conocimiento tecnológico y en LegalTech. ¿El motivo? La llegada e implementación de herramientas basadas en Inteligencia Artificial que ha supuesto un cambio de paradigma en un sector tradicional como es el jurídico español.
“Hoy en día, la Inteligencia Artificial no persigue solo la cognición e igualar al cerebro humano, sino que va más allá, pretendiendo crear nuevos algoritmos para realizar procesos que hasta ahora no se podían hacer” afirma Miquel Montero, CEO y fundador de Atomian, compañía de IA centrada en la aplicación de su tecnología para optimizar los procesos legales. En lo que respecta a la aplicación concreta de esta tecnología en el sector jurídico, Montero destaca que “la IA debe ofrecer unos resultados muy precisos para considerarse exitosa, pues el abogado basa su profesión en el pragmatismo”.
Por su parte, desde UNAES (Unión de Abogados Especialistas), Sandro García revela que “uno de los principales obstáculos que se detecta en el sector legal a la hora integrar en sus estructuras herramientas tecnológicas es el estrés que genera, motivado por la falta de tiempo y/o de conocimientos en la materia”.
Con ello, García y Montero han puesto sobre la mesa las problemáticas reales que afrontan día a día los players del sector jurídico en términos de digitalización. Para el CEO de Atomian, “el estrés derivado de los cambios tecnológicos es normal y deseable, porque protege de los posibles falsos caminos para evolucionar”. No obstante, el experto advierte que “toda la presión mediática acerca de la IA y robots que asesoran a los clientes para presentar demandas son exageraciones”. En este sentido, el sector jurídico necesita un producto “muy bien aterrizado y con una operativa de excelencia, sin olvidar que las personas quieren tratar con personas”, matiza.
“La Inteligencia Artificial no quitará trabajo a los abogados, los hará más efectivos, con un trabajo más interesante y menos administrativo, ya que en gran parte este tipo de tareas se van a automatizar. Estamos hablando de un cambio organizacional que ya está viniendo”, sentencia Montero.
Un escenario intergeneracional
Uno de los grandes retos a los que se enfrentan los despachos de abogados y otras empresas del sector jurídico es preparar el proceso de adaptación al nuevo entorno digital, no solo para poder trabajar en él, sino para aprovechar al máximo todas sus posibilidades.
Para Montero, “la Inteligencia Artificial es el presente y el futuro de abogados, procuradores y juristas. Una organización joven tiene que ver que la tecnología es una oportunidad, y no una amenaza para el sector jurídico”. De esta forma, las herramientas van a tener que adaptarse a la forma de trabajar de los juristas de forma natural: “Actualmente el jurista se encuentra con tanta oferta tecnológica que es complicado saber qué camino escoger, y los errores pueden suponer unos costes muy elevados”.
Así pues, la tecnología no debería verse como un “purgatorio”, según Montero, ya que “nos brinda la oportunidad de hacer las cosas de forma distinta para poder ganar cuota de mercado”.
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