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  • Así se ha manifestado durante la jornada ‘Neuroderechos y ética de la tecnología’, celebrada en la sede del Colegio de la Abogacía de Barcelona
  • Un conjunto de expertos de diferentes ámbitos ha analizado las implicaciones científicas, éticas, sociales y legales de los derechos relacionados con la mente humana

El Colegio de la Abogacía de Barcelona (ICAB) y la Fundación Grup Set han celebrado hoy la jornada ‘Neuroderechos y ética de la tecnología’, un encuentro que ha reunido en la sede de la abogacía barcelonesa a expertos de primer nivel en neurociencia, derecho y tecnología. En el marco de este debate y reflexión sobre los retos éticos, legales y sociales que plantean los neuroderechos, los ponentes participantes han puesto de manifiesto la necesidad de contar con un marco legislativo para proteger la privacidad e integridad mental de las personas frente a los avances tecnológicos.

La jornada ha sido inaugurada por el diputado de la Junta de Gobierno del ICAB, Ramon Ángel Casanova, y la presidenta de la Fundación Grup Set, Susana Bleier Terrer.

En primer lugar, Ramon Ángel Casanova ha destacado la importancia de abordar los dilemas éticos que plantean las tecnologías emergentes y ha subrayado la necesidad de celebrar jornadas como las organizadas este año por el Observatorio de los Derechos de las Personas del ICAB y la Fundación Grup Set. Por su parte, Susana Bleier ha resaltado que la jornada busca sensibilizar, debatir y educar sobre los derechos humanos y la evolución tecnológica aplicada a la neurociencia. Bleier, a su vez, ha señalado que la regulación de los neuroderechos no debería frenar la investigación en neurociencia, ya sea en el ámbito privado o público. Tal como ha expresado la presidenta de la Fundación Grup Set: “Se trata de encontrar tratamientos para enfermedades mentales y psiquiátricas que necesitan esta investigación. Una cosa no debe limitar a la otra.”

Además, la sesión ha contado con una intervención en vídeo del reconocido neurocientífico Rafael Yuste, director del Centro de Neurotecnología de la Universidad de Columbia y presidente de la Fundación Neuroderechos, quien ha subrayado la trascendencia de elaborar proyectos de ley que protejan los “neuroderechos” y los “datos cerebrales” de pacientes con Alzheimer y Parkinson, entre otros, para salvaguardar la actividad cerebral y toda la información personal que se puede extraer de ella. Tal como ha remarcado, Yuste “es la primera vez en la historia de la humanidad que tenemos una tecnología que nos permite llegar a la parte más profunda de nuestro ser, de nuestra intimidad”. Esta situación, ha señalado, “nos permitirá mejorar los tratamientos de muchas patologías, pero también corremos el riesgo de que estas manipulaciones no sean solo terapéuticas”. En esta línea, Yuste ha recalcado que “los neuroderechos buscan proteger a la población de los efectos secundarios y maliciosos de la manipulación cerebral”. Finalmente, el neurocientífico ha sentenciado que “es necesario contar con un marco normativo que proteja la privacidad mental, tal como se ha logrado en Chile, Brasil y Estados Unidos”.

Los neuroderechos, a debate

La jornada se ha estructurado en dos mesas redondas. En la primera, se ha abordado un debate profundo sobre las implicaciones científicas de las nuevas técnicas en neurociencia. Moderada por Josep M. Argimon, director de Infraestructura Científica de la Fundación Pasqual Maragall, esta mesa redonda ha contado con la participación de Javier Solana Sánchez, director de Investigación del Instituto Guttman; Mavi Sánchez-Vives, doctora en Neurociencias e investigadora ICREA en el Instituto de Investigación Biomédica August Pi y Sunyer (IDIBAPS-Hospital Clínic); y Roser Sánchez-Todo, ingeniera biomédica y directora de investigación en Neuroelectrics. Los ponentes, que han analizado las posibilidades de las aplicaciones neurocientíficas en la medicina, también han alertado sobre los límites éticos de estas tecnologías, especialmente en lo que respecta a la privacidad mental y la manipulación de la mente humana.

La segunda mesa ha analizado el papel de la legislación en el nuevo contexto tecnológico y ha puesto énfasis en la Declaración de Valencia de Neuroderechos, un documento que se firmó en 2023 y que pone en valor la necesidad de aprobar políticas públicas para proteger los derechos fundamentales de las personas ante los nuevos dilemas sobre la privacidad mental, la identidad personal y la autonomía. En esta resolución se incluyen derechos como el derecho a la privacidad de los datos neuronales, la preservación de la identidad personal y el libre albedrío, el acceso equitativo a las tecnologías de mejora mental y la protección contra los sesgos en el diseño de algoritmos.

Esta mesa ha sido moderada por la abogada y miembro de la Fundación Grup Set Esther Nin, y ha contado con la intervención de Silvia Giménez-Salinas, abogada y copresidenta del Observatorio de los Derechos de las Personas del ICAB, quien ha aportado su visión sobre la protección jurídica de los derechos individuales para garantizar que las tecnologías no sean utilizadas de manera invasiva ni discriminatoria. También han intervenido Eduardo Demetrio Crespo, catedrático de Derecho Penal y experto en neurociencia y derecho; Ignasi Beltran de Heredia Ruiz, catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la UOC; y Neema Nelly, ingeniera especializada en ética aplicada a la IA. La discusión ha puesto de manifiesto que los neuroderechos no solo implican cuestiones legales, sino también una profunda reflexión ética sobre la relación entre los avances tecnológicos y los derechos humanos fundamentales.

La Síndica de Greuges de Catalunya, Esther Giménez-Salinas, ha cerrado el acto con una intervención en la que ha señalado la importancia de preservar los neuroderechos para evitar poner en riesgo lo que nos define como seres humanos. “Apenas estamos empezando,” ha afirmado Giménez-Salinas. “Lo que realmente tenemos es miedo a lo desconocido. La magnitud de este campo nos sobrecoge y nos genera una gran inseguridad. No sabemos ni siquiera qué se debe legislar, y, cuando lleguen las primeras normativas, seguramente ya serán obsoletas”. La Síndica también ha insistido en la importancia de la interdisciplinariedad: “No es un tema de un campo en concreto, sino de todos. Si no trabajamos juntos –como en sesiones como esta– no podremos encontrar soluciones efectivas”.

Mediante jornadas como esta, la Fundación Grup Set y el ICAB reiteran su compromiso en la promoción de debates interdisciplinarios para garantizar un desarrollo de la sociedad alineado con el respeto a los derechos fundamentales de las personas.
 




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