Carpeta de justicia

LawAndTrends



Estás redactando una demanda, te suena el móvil, ya lo has descolgado, atiendes la llamada, cuelgas y ya que estás, revisas el email, te metes en instagram y cuando te has dado cuenta ha pasado 30 min y tienes que volver a concentrarte.

Tengo que reconocerlo, he sido un desastre con la gestión del tiempo y siempre me ha costado encontrar el foco.

La dispersión puede llegar a ser un problema, sobretodo porque trabajamos más de lo que deberíamos por la cantidad de interrupciones que tenemos.

Pero eso ya es historia del pasado, hace tiempo que vengo aplicando algo y podría afirmar que, el secreto para una gestión eficaz del tiempo es…

Pensar en tomates en lugar de horas “il pomodoro” ????

A partir de ahora no hablaremos de horas, hablaremos de pomodoros.

Un pomodoro es 25 minutos de trabajo + 5 minutos de descanso.

Durante esta fracción estaremos concentrados y enfocados en una única tarea, al terminar la tarea haremos un breve descanso.

Esto va a promover nuestra concentración y evitará la fatiga mental.

Pero esto no termina aquí.

Primero hazte con un cronómetro, puede servirte uno de cocina.

Ahora tenemos que sacar una lista de tareas pendientes, la organización es la clave.

¿Lo tienes todo? 

  1. Configura el temporizador en 25 minutos y concéntrate en una sola tarea hasta que suene la alarma.
  2. Cuando suene, corta el trabajo que venías haciendo. .
  3. Toma un descanso de 5 minutos.
  4. Después de cuatro pomodoros, tómate un descanso más largo de entre 15 y 30 minutos.

A cada uno de los espacios de trabajo o foco se les llama “Sprint” 

Pero ¿Qué ocurre si recibes una interrupción inevitable y tienes que cortar?

Apaga el crono, tómate unos 5 minutos de break  y empieza de nuevo.

Otro de los grandes problemas con los que me he encontrado ha sido con los proyectos o trabajos grandes que no se pueden hacer de un tirón pero de eso hablaremos otro día.




No hay comentarios.


Hacer un comentario

He leido y acepto los términos legales y la política de privacidad