Hablar de innovación en el sector legal todavía llama en cierta medida la atención por el tópico de considerar a los operadores jurídicos, y en particular a los abogados, reacios a los cambios y en parte por una contrastada realidad de retraso histórico en la modernización del Derecho y la justicia en España que cualquier conocedor de la Administración de Justicia o de la enseñanza legal puede acreditar.
La realidad se sitúa en un punto intermedio, pero los aspectos a modernizar en el mundo legal son muchos porque precisamente ha sido un sector poco innovador en el servicio y particularmente en lo referido a los ámbitos de gestión, tanto en recursos humanos como en marketing y comunicación y, sobre todo, en cómo vender servicios legales. Así, los bufetes, en general, se vienen gestionando de forma parecida a como lo realizaban históricamente. Muy pocos han profesionalizado su gestión y dirección y tienen interiorizado que un despacho es una empresa destinada a ganar dinero y que ha de regirse por criterios empresariales.
En cierto modo, podríamos definir la innovación del sector legal como la adaptación del Derecho a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Estas nuevas tecnologías de la Información y Comunicación son aquellas herramientas computacionales e informáticas que procesan, almacenan, sintetizan, recuperan y presentan información representada de la más variada forma.
Por lo que respecta al mundo jurídico, y en concreto al desarrollo de los distintos trabajos que desarrollan los diferentes operadores jurídicos, el uso de las TIC ha supuesto una evidente modernización y avance tanto para jueces, fiscales, abogados, procuradores, y todos los distintos funcionarios que operan en las distintas ramas del Derecho.
El campo legal es "un sector muy tradicional y conservador por la propia naturaleza de la profesión y porque ha costado mucho que se entiendan y que se gestionen como empresas", Esta aseveración es lugar de encuentro común de todos los expertos consultados. Si la abogacía no se "pone al día" en su concepto de gestión, vendrán tiempos difíciles para la pervivencia de muchos negocios legales en un entorno de liberalización de servicios y competencia creciente. La aprobación de la Ley 25/2009 -más conocida como Ley omnibus- puso "patas arriba", en palabras de muchos letrados, el centenario sistema de honorarios, publicidad y, en definitiva, de competencia en el sector legal.
Con todo esto, vemos que hoy sería inconcebible un eficiente trabajo jurídico sin la ayuda de las distintas opciones que ofrece Internet, como la organización de los juzgados, de los despachos profesionales, así como la búsqueda y utilización de la jurisprudencia para resolver los distintos casos jurídicos.
A modo de conclusión, considero que aún todo está por ver, y que, probablemente, muchos cambios y nuevas innovaciones van a ir apareciendo en nuestra vida profesional y creo, que debemos de ser conscientes de que las TIC y su continuo desarrollo son algo ya innato a nuestras vidas en todos los campos y ramas que nos rodean.
Alba Ruiz Ortiz estudia primer curso del Grado en Derecho y Diploma en Business Law (E-1) en la Universidad Pontificia de Comillas (ICAI-ICADE).
BIBLIOGRAFÍA:
http://marketingnize.com/la-innovacion-tecnologica-y-la-deontologia-en-el-sector-juridico/
http://marketingparaabogados.eu/innovacion-en-el-sector-legal/
http://noticias.juridicas.com/actualidad/el-sector-legal/