La mayoría de firmas legales han entrado en un “estado de confort permanente”, lo que les conduce a un sector muy tradicional de la profesión.
La esencia de innovar les otorga la oportunidad de anticiparse al Mercado y, por tanto, conseguir una posición ventajosa frente a la alta cifra de competidores que existen en el sector jurídico.
Se puede definir la palabra innovación como la alteración de una cosa en particular mediante la introducción de novedades o de cambios realizados y con el propósito de mejorar los resultados. La innovación no surge accidentalmente, sino que es una acción reflejada en la forma de gestionar y dirigir.
En el sector jurídico, especialmente, se fomenta la combinación de la tradición y la innovación, ya que muchas firmas legales sienten la necesidad de innovar como parte de su estrategia, pero usando los mismos métodos tradicionales sobre los que se cimienta el derecho.
Para poder innovar, los despachos tendrían que asumir unos riesgos razonables, como aumentar los costes momentáneamente y obligaciones como proporcionar un buen trato al cliente.
Una de las principales ventajas de innovar es que el tamaño de la firma no importa, ya que es algo que se puede trabajar a nivel individual. No obstante, las grandes firmas son las que pueden invertir más cantidad de dinero y tiempo en realizar innovaciones en sus despachos, puesto que tienen la posibilidad de contratar a los mejores profesionales en el ámbito de la innovación.
Podemos señalar cuatro tipos de innovación: innovación de producto, innovación de proceso, innovación en Marketing e innovación en organización.
Ahora bien, dentro del sector legal, podemos apreciar que la innovación alcanza numerosas facetas, que se pueden referir tanto a la forma organizativa de la dirección, como a cualquiera de las áreas responsables. Una de las facetas está relacionada con la gestión interna, como por ejemplo la gestión de las personas, la gestión del conocimiento y los sistemas de facturación; otra vinculada a los clientes, como son el marketing y comunicación, y la captación o la fidelización; y por último, una relacionada con la propia estructura, como son las funciones personales.
Una vez diferenciadas todas las facetas de la innovación en el sector legal, es fundamental saber que las primeras innovaciones que se deben hacer en la firma, han de ser las relacionadas con la gestión.
Paula Naranjo Gómez, estudiante de Derecho y Business Law en la Universidad Pontíficia de Comillas.
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