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Siguen pasando los meses y la crisis se comienza a sentir como cosa del pasado. Los números respaldan este optimismo. Un ejemplo: la OCDE informa que España ha creado el 36,6% del empleo en la Zona Euro desde 2014, porcentaje mucho mayor al 15,7% de Alemania, que está en el segundo lugar de la lista.

De acuerdo con datos del Banco Santander, España es el tercer mayor inversor en la Unión Europea y el segundo mayor receptor de Inversión Extranjera Directa. En cuanto a este último aspecto el atractivo del país se debe a la proximidad cultural con Latinoamérica, el boom turístico, una eficiente red de transportes y el desarrollo de las energías renovables.   

Pero no sólo eso, el informe destaca la flexibilidad y adaptabilidad de los operadores económicos del país, la calidad de vida que se ofrece y, evidentemente, las políticas de libre establecimiento y no discriminación que permiten a los inversores extranjeros competir con los agentes locales en un nivel de igualdad, lo que les permite acceder a los incentivos que ofrece el Gobierno, como subsidios, beneficios fiscales, formación profesional y acceso preferente a crédito, entre otros.  

Lo anterior, y el hecho de que España tenga acordados cerca de 90 convenios bilaterales en materia de inversión extranjera, son aspectos que hacen que alrededor de 9.000 empresas extranjeras se encuentren instaladas actualmente en España, de las cuales se calcula que el 34% de las mismas se localizan en el área de Barcelona.  

Ahora bien, al fijar nuestra mirada en mercados específicos, podemos observar que hay varios sectores que denotan el alza en la economía. Uno de ellos es el inmobiliario, que ha atraído a inversores europeos, asiáticos, americanos y de Medio Oriente. Muchos de ellos se han visto beneficiados por la Golden Visa1, esquema de obtención de residencia para aquellos extranjeros que inviertan más de 500.000€ en una propiedad, que reporta beneficios sociales como el acceso a la educación y a la sanidad. Aunque es necesario referir que si bien los particulares han jugado un papel importante en este aspecto, los fondos de inversión son los que han tenido un mayor impacto en la inversión inmobiliaria a través de las entidades llamadas  Socimis (Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión Inmobiliaria).  

Otro sector a destacar es el de la energía, en el que encontramos ejemplos claros y próximos, como la inversión de 90 millones de euros de British Petroleum en una refinería localizada en Castellón. 

Interesante también es el caso de la biotecnología, que ha tenido un crecimiento 4 veces más grande en España que en cualquier otro país de la Unión Europea y cuya inversión supera el 25% por año. Ello hace de España el cuarto país a nivel mundial que más contribuye a la producción científica en este sector, por lo que se ha convertido en un punto de mira para cualquier inversor.   

No hay que olvidar, por supuesto, a los grandes sectores que siguen registrando crecimiento y que son un objetivo claro para los inversores. Así por ejemplo, el mercado de las tecnologías de la información y telecomunicaciones cuenta con 30.000 empresas y más de 420.000 trabajadores, y tiene un volumen de mercado de casi 90.000 millones de euros. O el automotriz, que representa el 10% del PIB, 2 millones de empleos y una inversión anual promedio de 63 millones de euros para profesionales por parte de la industria manufacturera automotriz.  

En este contexto, tanto locales como extranjeros encuentran en España ya no un mercado deprimido, sino un lugar en donde conforme pasa el tiempo, se multiplican las oportunidades para invertir, tanto en sectores nuevos, como en los de eficacia probada. 




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