En régimen francés, la subcontratación se define como la operación según la cual un contratista confía mediante un subcontrato, y bajo su responsabilidad, a otra persona denominada subcontratante, la totalidad o parte de la ejecución del contrato de empresa o del contrato público celebrado con el cliente[1].
De la misma manera, el subcontratante será considerado como contratista principal con respecto a sus proprios subcontratantes.
En consecuencia, la subcontratación reúne a tres partes en una relación jurídica:
- El cliente o dueño de la obra (le maître de l’ouvrage”), que es el destinatario final y cuyo interlocutor es el contratista principal.
- El contratista principal (l’entrepreneur principal” o “le maître d’oeuvre”), que asume el papel de principal frente a su subcontratante[2].
- El subcontratante, cuyo cliente es el contratista principal.
Por lo tanto, no existe ninguna relación contractual entre el cliente y el subcontratante, solamente entre el contratista principal y el subcontratante.
El contrato entre el contratista principal y el subcontratante es un contrato de servicios, sin vínculo de subordinación: el subcontratante se compromete a realizar las tareas encargadas, respetando los plazos de ejecución de los trabajos.
El subcontratante también debe informar a su cliente, el contratista principal, de las dificultades que pueda encontrar en el transcurso del trabajo y debe respetar la obligación de asesoramiento.
Por su parte, en primer lugar, el contratista principal debe, en el momento de la celebración del contrato de subcontratación y durante la duración del mismo, hacer que el cliente principal acepte la intervención de cada uno de los subcontratantes y las condiciones de pago de cada uno de estos contratos por el cliente[3].
Asimismo, tiene que indicar al cliente la naturaleza y el coste de las prestaciones que desea subcontratar, así como los datos de los subcontratantes que van a intervenir. En consecuencia, el contratista principal tendrá que comunicar el/los contratos de subcontratación al cliente cuando este último lo solicite.
En caso de que el cliente no acepte el subcontratante o no acepte las condiciones de pago, el contratista principal tendrá que respetar el subcontrato, pero no podrá invocarlo contra el subcontratante[4].
Además, el contratista principal se compromete a pagar al subcontratante y a respetar las condiciones de dicho pago, según lo establecido en el contrato.
El contratista principal también debe asegurarse de que el subcontratante realiza correctamente las tareas requeridas sobre todo porque es responsable de las faltas cometidas por el subcontratante durante la ejecución de los trabajos que ha encargado.
Asimismo, el contratista principal está obligado a cumplir con su obligación de vigilancia. Esta obligación exige solicitar al subcontratante en el momento de la firma del contrato de subcontratación y cada 6 meses[5] un documento que justifique su existencia (nota registral, Kbis, …) y un documento que justifique que respeta a sus obligaciones de declaraciones y de pago de sus cotizaciones sociales. También debe justificar el número de trabajadores que tiene la sociedad, así como el total de las remuneraciones declaradas en el último vencimiento (en Francia, estas informaciones están en la “attestation de vigilance”, que le transmite la URSSAF)[6].
El contratista principal también tiene una obligación de control del respecto de la legislación laboral francesa: libertades individuales, derecho de huelga, respecto del salario mínimo aplicable, horas extraordinarias, duración de la jornada laboral, …[7]. El contratista principal tiene en este caso la obligación de información y de requerimiento de respetar esta obligación. En caso de incumplimiento de esta obligación de control de respeto de la legislación francesa al nivel de la remuneración, el contratista será responsable solidario con el empleador del trabajador del pago de la remuneración, las indemnizaciones y las cargas debidos[8].
Por último, además de todas estas obligaciones, en el contrato entre el cliente y el contratista principal pueden existir cláusulas específicas usuales relativas a la subcontratación, que tanto el contratista principal como sus subcontratantes deberán respetar. Por ejemplo, la cláusula de aprobación del subcontratante establece que el cliente debe incluir en el contrato que el subcontratante elegido por el contratista principal debe ser aprobado por él.
La cláusula de control de recepción por su parte prevé que el contrato de subcontratación establezca las condiciones en las que el trabajo del subcontratante se controla, se sigue y se decepciona.
Por último, si existe una cláusula de confidencialidad en el contrato, el subcontratante no debe revelar la información recibida por el contratista principal.
Agustín Tizón Gutiérrez, Socio.
Mélanie Roque Martins, Abogada.
French Desk. AGM Avocats-Abogados
[1] Art. 1 de la Ley n°75-1334 del 31/12/1975.
[2] Art. 2 de la Ley n°75-1334 del 31/12/1975.
[3] Art. 3 de la Ley n°75-1334 del 31/12/1975.
[4] Art. 3 de la Ley n°75-1334 del 31/12/1975.
[5] Arts. L8822-1 y D8822-1 del Código laboral francés.
[6] Art. L3245-2 del Código laboral francés.
[7] Arts. L3245-2, L8281-1, R3245-2 y R8281-3 del Código laboral francés.
[8] Arts. L3245-2 del Código laboral francés.