Continúa el descenso en la compraventa de inmuebles de fincas rústicas tras el repunte pospandemia que tuvo lugar en 2021, cuando se realizaron 143.332 compraventas de este tipo, el dato más alto desde 2007. Desde entonces, según datos del Centro de Información Estadística del Notariado, han ido disminuyendo año tras año hasta situarse en 133.050 en 2022 (un 7% menos que en 2021) y 126.684 en 2023 (un 13% inferior).
“Las cifras arrojan una leve pero clara línea de descenso de las compraventas de inmuebles en fincas rústicas en los últimos años, tendencia que se ha seguido en los cinco primeros meses del año 2024, pues de enero a mayo se realizaron un total de 53.216, un 3,5% menos que en el mismo período del año anterior, en el que se alcanzaron las 55.102”, señala María Teresa Barea, portavoz del Consejo General del Notariado.
La compraventa de inmuebles de fincas rústicas es uno de los actos más habituales en la España rural junto con las adjudicaciones de herencias, las rectificaciones de superficie, los testamentos y donaciones y, en menor medida, los expedientes de dominio o las actas de deslinde y subsanación de discrepancias, entre otros. Para poder realizar estos actos es fundamental la figura del notario, por lo que “en las zonas del país más despobladas y distantes se puede tener la certeza de que, a no más de media hora, hay un notario a disposición de los usuarios”, explica el decano del Colegio Notarial de Castilla y León, Leopoldo Martínez de Salinas.
Con el fin de mostrar la realidad de estas localidades y la labor que en ellas realizan los notarios, este año continúa de la mano del proyecto #NotariosRurales la ruta por algunos de los pueblos más pequeños de España con entrevistas a personajes relevantes como su alcalde, vecinos emprendedores y creativos, y usuarias de la notaría que comparten aficiones con el notario.
La iniciativa se centra este este año en El Burgo de Osma, una localidad de 5.000 habitantes ubicada en la provincia de Soria (Castilla y León) en la que desde el año 2006 ejerce el notario Álvaro José La Chica. “Yo era urbanita total, pero desde que llegué a este pueblo no puedo estar más contento”, explica.
Según La Chica, aunque los actos más solicitados en las pequeñas localidades difieren por sus características de los de las grandes ciudades, los notarios rurales están “igual de preparados y ofrecen el mismo servicio”. Además, señala que “gracias a la innovación tecnológica del Notariado, todas las notarías tienen el mismo nivel tecnológico, tanto en las ciudades como en los pueblos, garantizando así agilidad y seguridad jurídica en cualquier punto de España”.
Actos más habituales
Según los datos del Centro de Información Estadística del Notariado, en 2023 los notarios autorizaron en todo el país 126.684 compraventas de inmuebles en fincas o terrenos rústicos, lo que representó el 13% del total de compraventas. De enero a mayo de 2024, se registraron 53.216 compraventas en este mismo tipo de propiedades, manteniéndose en el 13% del total del periodo. En cuanto a la adjudicación de herencias vinculadas a fincas rústicas, se realizaron 107.009 en 2023, representando el 30% del total, y 42.542 en los cinco primeros meses de 2024, equivalentes al 29% del total.
Por su parte, las rectificaciones de superficie de fincas rústicas, habituales en aquellos casos en los que la dimensión no es la misma que la que figura en el Registro de la Propiedad, se situaron en 4.502, lo que representa el 27% del total de rectificaciones. De enero a mayo de 2024, se mantuvieron en términos similares hasta alcanzar las 1.959, el 26% del total. Los expedientes de dominio y las actas de deslinde y subsanación de discrepancias en lo rural obtuvieron cifras menores en 2023, con 1.260 y 1.044, respectivamente.
En las notarías de pueblo también es habitual la realización de testamentos y poderes, actos que en 2023 alcanzaron los 727.536 y 1.100.603 respectivamente en toda España.
No hay comentarios.