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Los requisitos legales para abrir una tienda de ropa, una inmobiliaria o una agencia de viajes, etc. pueden variar según el país y la jurisdicción local, por lo que es importante consultar con las autoridades pertinentes y posiblemente con un asesor legal o contador para asegurarte de cumplir con todas las regulaciones aplicables. 

Estos son algunos de los requisitos legales comunes para abrir una tienda de ropa, una inmobiliaria o agencia de viajes:

1. Registro del negocio

Registra legalmente tu negocio con las autoridades locales. Esto generalmente implica la elección de una estructura legal, como una sociedad de responsabilidad limitada (SRL) o una empresa individual de responsabilidad limitada (EIRL), y la presentación de documentos de registro.

2. Nombre comercial

Registra el nombre comercial de tu tienda de ropa si es necesario en tu jurisdicción. Asegúrate de que el nombre no esté siendo utilizado por otro negocio en la misma área.

Según nos indica la Oficina Española de Patentes y Marcas, el nombre comercial es un signo distintivo. Su función es identificar a una empresa en el tráfico mercantil e identificarla, individualizarla y distinguirla de las demás empresas que desarrollan actividades idénticas o similares.

El nombre comercial no es preciso que coincida con la denominación social y puede elegirse, por tanto, un nombre comercial diferente de la denominación social. Una misma persona natural o jurídica puede tener, si lo desea, varios nombres comerciales para identificar actividades empresariales pertenecientes a diferentes sectores del tráfico económico.

El nombre comercial registrado estará en vigor durante diez años desde la fecha de su solicitud. A los diez años puede renovarse por diez años más y así sucesivamente. Por tanto, puede llegar a tener una vigencia indefinida.

Cuando se solicita una marca o nombre comercial es preciso indicar los productos y/o servicios o actividades que quieren ser protegidos con este signo distintivo. Para ello existe la clasificación internacional de Niza, que está compuesta por 45 clases, cada una de las cuales agrupa un conjunto de productos o servicios que están relacionados.

3. Licencia de negocio

La licencia de actividad es uno de los trámites básicos a la hora de emprender un nuevo negocio. Esta solicitud permite operar al emprendedor y variará en función del tipo de actividad de la empresa y la localidad en la que se ubique.

De forma general, se deberá acudir al Ayuntamiento del municipio, para conocer exactamente los requerimientos. Existen dos tipos de licencia, la de actividades e instalaciones y la de funcionamiento. La primera hace referencia a la necesidad de una licencia urbanística municipal para poder iniciar la actividad en un determinado local, mientras que la segunda sirve para autorizar la puesta en uso de los edificios, locales o instalaciones. Este tipo de licencia será necesaria para toda actividad calificada como molesta, insalubre, nociva o peligrosa que requiera adoptar medidas correctivas sanitarias, de seguridad o medioambientales.

Para solicitar estas licencias hay que seguir un procedimiento ordinario en función del tipo de proyecto. Por lo general, cada ayuntamiento puede requerir algunos documentos diferentes a los de otro municipio, pero suelen pedir documentos de impacto ambiental para actividades que requieran algún documento técnico exigido por la normativa sectorial o que estén incluidos en el Catálogo de la Ley de Espectáculos Públicos y Actividades Recreativas.

Suele ser necesaria una comunicación previa para aquellas actividades que no necesiten ningún documento técnico exigido por la normativa sectorial, pero que requieran obras de pequeña envergadura.

En último lugar, las entidades locales pueden solicitar una declaración responsable, mediante un documento suscrito por el titular de la actividad, en la que se manifieste bajo su responsabilidad que cumple con los requisitos urbanísticos y sectoriales exigidos por la normativa vigente para implantar, modificar o ejercer la actividad.

4. Número de identificación fiscal

Solicita un número de identificación fiscal (NIF) o equivalente ante la autoridad fiscal local o nacional.

El acrónimo CIF respondía al término Código de Identificación Fiscal. Hasta 2008 era el nombre que se daba al sistema de identificación tributaria en España para las personas jurídicas o entidades como regulaba el Decreto 2423/1975, de 25 de diciembre. Sin embargo, este se derogó el 1 de enero de 2008 por el Real Decreto 1065/2007, de 27 de julio de 2007, pasando a ser el NIF (Número de Identificación Fiscal) el modo de identificación tributaria de las personas físicas y jurídicas. A nivel legal está claro que el CIF y el NIF han pasado a ser la misma cosa, pero a nivel práctico de calle seguimos estableciendo una diferencia básica llamando NIF al código que identifica a las personas y CIF al que identifica a las empresas.

Como prácticamente todos los trámites que tienen que ver con la fiscalidad, el NIF debe solicitarse en las oficinas de Hacienda cuando damos de alta nuestra empresa. Puede hacerse de forma presencial e incluso de forma telemática. Se hace a través del modelo 036. En el caso de una empresa recién constituida que aún no puede aportar toda la documentación requerida, la Agencia Tributaria puede conceder un NIF provisional.

El CIF o NIF es obligatorio para poder facturar y para que una factura sea considerada válida por hacienda demos hacer constar siempre este número, de hecho, para que sea una factura correctamente hecha, necesitamos siempre que consten los datos fiscales de ambas partes. 

5. Registro de marcas

Si planeas utilizar un nombre o logotipo de marca registrada, considera registrar tu marca para proteger tus derechos de propiedad intelectual.

6. Contrato de arrendamiento

Si estás alquilando un local, asegúrate de tener un contrato de arrendamiento comercial en regla y que cumpla con las regulaciones locales.

7. Seguro comercial

Los autónomos se exponen cada día a riesgos en su negocio: desde gastos imprevistos por derramas o por aumentos de costes hasta accidentes de trabajo. Estos peligros son todavía mayores si, por ejemplo, el trabajador por cuenta propia tiene un local y empleados a su cargo o si pertenece a determinados sectores.

En cualquier caso, y sea cual sea su situación, los autónomos deben saber que hay seguros que deben tener de forma obligatoria a nivel profesional, mientras que hay otros que son muy recomendables contratarlos.

Aunque no hay una ley concreta que lo especifique, para ser autónomo suele ser obligatorio tener contratado un seguro de Responsabilidad Civil. Esto dependerá del sector profesional y el tipo de actividad que se realice. Además, si se tiene vehículo profesional, local comercial y/o empleados a cargo, suele ser necesario un seguro según convenio y un seguro multirriesgo.  

8. Normativas locales

Cumple con las normativas locales de zonificación y construcción. Algunas ciudades y municipios pueden tener restricciones sobre el tipo de negocio que se puede operar en ciertas áreas.

Además, dependiendo de tu ubicación y del tipo de ropa que vendas, es posible que necesites autorizaciones adicionales para vender ciertos productos, como ropa usada o productos textiles importados.

9. Derechos del consumidor

Asegúrate de cumplir con las leyes de protección al consumidor, que pueden incluir políticas de devoluciones, etiquetado de productos y garantías, como, por ejemplo:

  • Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios y otras leyes complementarias.
  • Ley 44/2006, de 29 de diciembre, de mejora de la protección de los consumidores y usuarios.
  • Ley 39/2002, de 28 de octubre, de transposición al ordenamiento jurídico español de diversas directivas comunitarias en materia de protección de los intereses de los consumidores y usuarios.
  • Ley 34/2002, de 11 julio, de servicios de la sociedad de la información y de comercio electrónico.
  • Ley 7/1998, de 13 abril, sobre condiciones generales de la contratación.
  • Ley 3/1991, de 10 enero, de competencia desleal.
  • Ley 34/1988, de 11 de noviembre, general de publicidad.

10. Regulaciones laborales

Si planeas contratar empleados, cumple con las leyes laborales locales, que incluyen regulaciones sobre salario mínimo, horas de trabajo y condiciones laborales.

Riesgos laborales. Normativa de seguridad e higiene

La normativa que regula los riesgos laborales en una tienda de ropa se encuentra principalmente en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (Ley 31/1995) y su posterior desarrollo a través del Real Decreto 39/1997.

La Ley de Prevención de Riesgos Laborales establece las obligaciones y responsabilidades tanto de los empleadores como de los trabajadores en materia de prevención de riesgos laborales. Esta ley tiene como objetivo principal garantizar la seguridad y salud de los trabajadores en el ámbito laboral. Básicamente impone las obligaciones de realizar una evaluación de riesgos laborales para identificar los posibles peligros y riesgos en el entorno de trabajo e implementar medidas de seguridad y salud en el trabajo, como la instalación de extintores, señalización de salidas de emergencia y capacitación en primeros auxilios.

Cumple con las regulaciones de seguridad e higiene aplicables. Esto puede incluir medidas de seguridad contra incendios, accesibilidad para personas con discapacidad y regulaciones de almacenamiento

Recuerda que la lista anterior es general y los requisitos específicos pueden variar. 

 

Maria Fernanda del Pino | Abogada de Legálitas

Referencias legales: 

Real Decreto 1065/2007, de 27 de julio, por el que se aprueba el Reglamento General de las actuaciones y los procedimientos de gestión e inspección tributaria y de desarrollo de las normas comunes de los procedimientos de aplicación de los tributos.

Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales.




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