El mundo está inmerso en un periodo de máxima incertidumbre. Vivimos un momento de plena crisis en el que todo puede pasar. La llegada de Trump al poder ha sido un catalizador de cambios geopolíticos significativos con una administración que ha alterado los equilibrios geopolíticos y ha impulsado un proceso de cambio hacia un mundo multipolar. Este cambio ha roto los viejos equilibrios en una sociedad global de libre mercado. Trump ha llegado decidido a sepultar a la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Pero esta crisis viene de antes. La anticipamos con la crisis de las subprime en 2008, la pandemia de la COVID-19 y la guerra de Ucrania. Trump no es el único causante de la incertidumbre global. Las empresas europeas, en particular, han sentido el impacto de esta nueva situación y ahora se enfrentan a nuevos desafíos, como los aranceles impuestos por Estados Unidos, Europa, Canadá y China y a los vaivenes de decisiones que sacuden los mercados.
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