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Muchos empresarios optan por trasladarse de forma parcial al extranjero o diversificar sus fuentes de ingresos en un entorno internacional mediante la creación de nuevas empresas.

En ambas situaciones, es recomendable realizar un análisis preliminar exhaustivo que abarque todos los aspectos relevantes antes de tomar una decisión. Esto implica evaluar cuidadosamente cómo, dónde y qué tipo de negocio resulta más conveniente y rentable.

Establecer una empresa en el extranjero implica una serie de requisitos y pasos cruciales. Antes de dar el primer paso, es importante realizar un estudio de mercado en el país de destino, analizar la demanda del producto o servicio que queremos vender e identificar a la competencia.

 

Plan de negocios internacional

Debes analizar el nuevo mercado e incluir estrategias de entrada, análisis financiero y consideraciones específicas del entorno extranjero. 

Decide el tipo de entidad comercial que mejor se adapte a tus necesidades, ya sea una filial, sucursal, subsidiaria o asociación con una empresa local.

Registro de la empresa

Abrir personalmente una empresa en otro país no siempre es posible, e incluso si existe esta oportunidad, es mejor contar con la ayuda profesional. Por eso, se recomienda contratar a un agente registrado local.  

Inicia el proceso de registro siguiendo los procedimientos legales del país de destino. Asegúrate de contar con los documentos requeridos y sigue los plazos establecidos. Para ello, debes investigar las licencias y permisos necesarios para operar legalmente en esa región. 

Tendrás que recopilar (confeccionar, preparar, traducir y apostillar) los documentos de su empresa (estatutos, escritura de constitución, información sobre los accionistas, etc.), y todo ello deberás transferirlo al registro mercantil del país donde establezca su empresa

Si gestionas tu negocio a través de un agente local sin tu presencia física es importante tener en cuenta que este intermediario generalmente no ofrecerá la asesoría y consultoría necesaria para optimizar y reducir impuestos, seleccionar la mejor ubicación para abrir una cuenta bancaria corporativa o evaluar plenamente los beneficios del país elegido y sus leyes. Los agentes pueden centrarse en que los elijas como intermediario, les pague por el registro, mantenimiento y ampliación de su negocio y utilices su despacho como dirección legal o de correspondencia.

Dicho de otro modo, los agentes se centran en proporcionar servicios de intermediación para ayudar a los fundadores extranjeros a registrar empresas en el extranjero, pero su principal interés es financiero y pueden no priorizar el asesoramiento sobre cuestiones bancarias, fiscales, aduaneras y similares. Por lo tanto, es importante reconocer que el interés financiero del agente puede prevalecer sobre la asesoría relativa a la reubicación de la empresa a otro país.

Registrar la empresa extranjera en línea

No todos los individuos de origen extranjero están dispuestos a realizar viajes largos y visitar el país de destino de forma periódica con el propósito de establecer su nueva empresa. El proceso de registro de una entidad empresarial con presencialidad implica la obtención de un visado, los costos asociados con los vuelos y el alojamiento, además de trámites con las autoridades administrativas locales.

No obstante, existe la opción de abrir tu empresa de manera virtual. Es recomendable considerar jurisdicciones offshore y contar con la asesoría de expertos experimentados que le guiarán a través de todo el proceso.

Nueva empresa o traslado. ¿Qué elegir?

Si ya posees una empresa en tu país de origen, tienes la opción de reubicar el negocio en el extranjero. El proceso es prácticamente similar al de iniciar una nueva empresa, aunque con ciertas simplificaciones en áreas clave como formación de los estatutos o emisión de acciones.

La reubicación empresarial puede ser total, parcial o meramente formal, lo que brinda la oportunidad de expandir las perspectivas comerciales en el ámbito global mientras se conserva una parte de los beneficios en el país de origen. Esto puede implicar la creación de una filial o una oficina de representación en el extranjero (reubicación parcial), el establecimiento de una entidad offshore o la administración de la empresa desde una ubicación diferente.

¿Dónde emprender en el extranjero?

La elección de un país para registrar una nueva empresa, establecer una filial de una empresa extranjera o emprender como empresario individual depende de una serie de factores cruciales. No se trata simplemente de optar por los países con los costos más bajos para la apertura de una empresa o la obtención de estatus de residente o no residente, ya que los lugares más adecuados para los negocios pueden variar. 

El estatus de residencia fiscal y financiera del emprendedor potencial desempeña un papel fundamental en esta elección. Este aspecto adquiere especial relevancia en aquellos países donde se aplica el principio de tributación global en lugar de territorial.

El visado de inversor es un programa que funciona en muchas jurisdicciones. Hay países en los que la inmigración empresarial y la inversión en otros objetos (fundaciones, valores, bienes inmuebles, etc.) pueden convertirse en el motivo por el que reciba rápidamente un permiso de residencia e incluso la nacionalidad; por lo que es un valor determinante a tener en cuenta.

Contratación de personal

En el caso de necesitar contratar a empleados debes asegurarte de que cumples con las leyes laborales del país. Asegúrate de comprender las normativas de contratación y las prácticas de recursos humanos del país.

¿Dónde están exentas de impuestos las nuevas empresas en el extranjero?

Los países offshore, las zonas económicas libres y los estados separados ofrecen la posibilidad de establecer una estructura empresarial y eximirla de la tributación mundial sobre los beneficios. No obstante, se seguirá teniendo que pagar impuestos en el lugar de residencia (puede ser distinto del país de registro de la empresa en el extranjero) o en origen.

Hay algunos países con impuestos nulos sobre los ingresos percibidos en el extranjero (tipo corporativo) como, por ejemplo, las Islas Caimán.

La mayoría de los países, incluidos los europeos, permiten reducir al mínimo e incluso a cero la fiscalidad de las empresas internacionales mediante el cumplimiento de una serie de condiciones, la aplicación de convenios de doble imposición y otras normas.

También hay países con impuestos bajos que también pueden reducirse para las estructuras internacionales como Andorra y Emiratos Árabes.

 

María Fernanda del Pino

María Fernanda del Pino

Abogada experta en Derecho Mercantil

 




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