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Igual que en el caso de cualquier otra herencia, cuando una persona fallece y parte de su patrimonio es una empresa familiar, el reparto debe hacerse tal y como el fallecido desea, con el añadido de que es vital para su continuidad, que cada uno sepa cuál va a ser su papel desde que la acepta.

Si no está todo bien atado, los conflictos terminan con la larga vida de una empresa familiar, si llega el momento en el que cada uno lucha por sus propios beneficios, en vez de por la propia empresa y su supervivencia

Evitarlo es el objetivo, y entra en juego saber cómo actuar en caso de herencias con empresa familiares.

Empresas familiares en la herencia, ¿cómo actuar?

No son pocos los caso de clientes que llegan a nuestro bufete con una situación de este tipo, en la que la empresa es el mayor activo de la herencia, con un enorme peso a la hora de repartir entre los herederos, quienes deben ser conscientes de que han de acatar lo que se diga en el testamento

Por ley, cónyuge y descendientes directos, o ascendientes, si no los hay, perciben la parte correspondiente de ese negocio, y se convierten, desde entonces, en sus propietarios.

El caso más sencillo es que solo exista un heredero, imagina que tienes tu empresa y solamente un hijo a quien dejársela.

Es un caso que no lleva a confusión, ese traspaso de propiedad puede tener unos trámites más o menos engorrosos, pero es sencillo y no lleva a conflictos.

Ese hijo tuyo, como único heredero, se hará cargo de todo una vez que cumpla con las obligaciones fiscales correspondientes.

Otra cosa muy diferente es que existan varios herederos, y a todos ellos tienes la obligación legal de incluir en el reparto

¿Cómo reparto mi empresa entre varios herederos?

Como decimos, es más complicado que si solo hay uno, y la cosa se puede enrevesar si no está claro qué parte de la empresa corresponde a cada uno.

Para evitar conflictos que no llevan a nada más que a disputas familiares que terminan perjudicando a la empresa, es importante tenerlo en cuenta e intentar dejar todo claro, y establecido, para que el cambio de dirección sea lo más suave posible.

Nuestra experiencia nos dice que no siempre las empresas lo tienen en cuenta, sobre todo las más pequeñas, pero lo más adecuado es preparar con antelación ese traspaso con un protocolo familiar y un plan de sucesión, además, por supuesto, siempre hacer testamento.

Protocolo familiar

Se trata sencillamente de un documento que establece las normas de la empresa, y regula las relaciones de familia, propiedad y la propia empresa, con el objetivo de asegurar la continuidad cuando fallece quien está a cargo del negocio.

Aquí se pueden incluir los acuerdos que regulen el papel de cada uno tras el fallecimiento

Plan de sucesión

Contar con uno es necesario, pero no solo pensando en un caso fallecimiento, sino en el de una jubilación, siempre hay que tener un plan de sucesión para conseguir que, cuando llegue el día, la propia empresa se vea perjudicada por los conflictos en su gestión.

Debes evitar que vaya a la deriva mientras tus herederos discuten por quién se hace cargo de ella, porque no lo has dejado claro.

Con esto aseguras ese relevo generacional que lleva a una transición que no genera problemas.

Testamento

Siempre, no lo dejamos de aconsejar, no solo si tu patrimonio incluye una empresa, que parece que asusta algo más, no, en cualquier caso, pero hoy nos centramos en la existencia un negocio familiar como parte de la mesa hereditaria.

Hay que aclarar que lo que se hereda es la propiedad de algo, en este caso de una empresa, no el cargo que se ostenta en él.

Un testamento tiene un objetivo: que todo termine en quien tú quieres, y para eso debe contener las directrices a seguir con tu patrimonio, y en el caso de que haya una empresa de por medio es esencial.

En un testamento de este tipo has de reflejar cómo debe ser ese reparto, qué porcentaje es para cada heredero, las acciones y la participación de cada uno en la empresa y quién se hará cargo a partir de ahora.

En este punto no está de más recordar que hay unos límites que no se pueden sobrepasar, y se llaman legítima de la herencia.

La ley establece que hay una parte que corresponde, en cualquier caso, a los herederos forzosos, y no pueden ser privados de ella por una distribución que beneficie a unos en perjuicio de otros.

Es posible que tengas un hijo preferido, o que creas que puede hacerse cargo con más interés de la empresa, pero no puedes dársela toda a él, el resto tienen una parte que les corresponde, y no puedes impedirlo.

En este caso, el consejo es que acudas a un abogado que será quien mejor te aconsejará para conseguir un reparto adecuado sin saltarte la ley.

Cómo heredar una empresa familiar

Seguimos con las similitudes a cualquier otro tipo de bien que se herede.

Lo primero es asegurarte de si existe testamento, solicitar un certificado de últimas voluntades, te lo confirma, sobre todo en caso de la posibilidad de que haya habido modificaciones, aquí vas a confirmar, en cualquier caso, cuál es la última y en qué notaría se encuentra.

Una vez que lo hay y se realiza su apertura, debes aceptar tu parte de la herencia, (o rechazarla), y solo entonces te conviertes en propietario de esa empresa, de toda o de una parte, con sus derechos, obligaciones, beneficios, cargas y deudas.

En caso de empresas no es lo habitual aceptar la herencia en beneficio de inventario por si tienen deudas que no sabes si puede asumir, lo normal es que la solidez de la empresa sea conocida, y se sepa su situación.

Un caso a tener en cuenta es que puedes heredar el usufructo o la nuda propiedad, eso es si eres el beneficiario de los frutos de la empresa o, por el contrario, si pasas a ser socio partícipe, según se indique en el testamento, es decir, en ese segundo caso sí tendrás esa condición

Cuaderno particional ¿qué es?

Podemos decir que es una hoja de ruta, que determina la distribución de la herencia, algo que si hay un único heredero, no es necesario

El notario elabora un documento en el que se plasma formalmente la división de la herencia, con la información necesaria para la distribución del patrimonio entre los herederos, con su valoración, deudas y cargas de cada uno de los bienes heredados.

Identifica los bienes, su naturaleza, localización y si son gananciales o privativos (ya sea a favor de un cónyuge o de un socio).

Contar con uno, evita problemas y conflictos entre los herederos, les otorga seguridad jurídica, al tener un registro de todas las operaciones del reparto y asegura a cada uno que sus derechos han sido respetados.

Además, aclara un tema que siempre preocupa, el de los impuestos y demás gastos a pagar al aceptarla.

Fiscalidad de las empresas en herencia

En cuanto a temas fiscales, tienes unos beneficios muy jugosos a los que te puedes acoger al recibir una empresa como herencia, y aceptarla.

Se deben al interés por la continuidad de los negocios familiares, se intenta mantener el legado, que no caiga en manos de terceros algo que, durante décadas, ha sido una propiedad familiar.

Con estas deducciones se facilita que los descendientes, o miembros de la familia, continúen con el legado, siempre que no se deshagan de ella en 5-10 años.

Bonificaciones fiscales de empresas en herencia

Aceptar una empresa familiar cuenta con una bonificación de hasta el 99% en la base imponible del Impuesto de Sucesiones si cumples unos requisitos.

El principal es que seas cónyuge o descendiente (ya sea biológico o por adopción), del titular, en caso de no existir, pasa a los ascendientes, o familiares, colaterales, hasta tercer grado del fallecido.

Este impuesto está cedido a las Comunidades Autónomas que cuentan con la capacidad normativa para ampliar, o reducir, la cantidad a pagar, en Madrid sí llega al 99%, pero puede darse el caso de alcanzar el 100 % de reducción de la base imponible, algo muy interesante que puede ayudarte en tu decisión.

No tener preparado cómo va a ser la transición en tu empresa cuando te jubiles, tiene una importancia relativa, es algo que puedes posponer hasta resolverlo, pero, en caso de fallecimiento, no hay nada que hacer.

Lo mejor es asegurar un traspaso de poder suave, que se pueda asimilar, y eso te obliga a tenerlo en cuenta cuanto antes.




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