Me he llevado una  sorpresa de lo más grato cuando he leído que algunos colegios de abogad@s, sólo algunos,  donan ciertas cantidades a las asociaciones sin ánimo de lucro que trabajan en su ámbito territorial de acción. Algunos de estos colegios hasta el 0.7% de su presupuesto anual incluso alguno en algún año anterior ha llegado al 1%. Al César lo que es del César. Enhorabuena por la iniciativa tan noble de ayuda social a las instituciones que trabajan con los más desfavorecidos de la sociedad en los ámbitos donde no llega ni llegará  el sistema que nos hemos dado.

Para muestra un botón: Ciudad Real 15.000 euros, Córdoba 9.000 euros, Alicante 0.7%, Jaén 16.000 , Málaga 41.000 euros, Valencia…

En mi opinión, considero que estas iniciativas acercan nuestro tan lejano mundo jurídico y, sobre todo, al letrad@, a la ciudadanía de a pié. Se produce un acercamiento de la figura del abogad@ a seres  anónimos que tantas veces nos necesitan para defenderles, estrecha la empatía con los problemas de la gente corriente  generando una mejor imagen ante las personas desfavorecidas que acuden a las asociaciones sin ánimo de lucro para que éstas les ayuden de forma gratuita.

Una ONG cubre los espacios a los que la Administración no llega. Las razones me las callo. Mantener en activo una asociación es muy difícil si no se tienen ayudas, sobre todo económicas (que las humanas nos sobran siempre) para subsistir y poder realizar satisfactoriamente los objetivos propuestos. Por tanto, mi más sincera enhorabuena a los colegios que han decidido ayudar a asociaciones que se dedican, sin ánimo de lucro, a la ayuda desinteresada a los más débiles en un sistema que no funciona y les aparta de la sociedad haciéndoles invisibles. Gracias a las ONG pueden recuperar un poco la dignidad que alguna vez tuvieron. Mi deseo para el 2018 es que todos los colegios de abogad@s adopten medidas de este tipo con sus presupuestos. La función social del abogad@ nos obliga a ello.