El 19 mayo de 2017 el Pleno de la abogacía aprueba la concesión de la gran cruz al mérito en el servicio a la abogacía 2017 apremio Josefa García Lorente. De sus andanzas y hazañas doy cuenta en el presente escrito para que quede constancia de su singularidad.

Yo a Josefa la conozco poco. Yo conozco a Pepa que es su nombre de batalla. Mujer singular donde las haya.  La conocí físicamente en un ascensor, sitio curioso y proclive para  desenfundar secretos, y como no podía ser de otra forma durante una concentración de letrad@s  sobre el entorno de la discapacidad. Nada más intercambiar las primeras palabras, ahí congeniamos, y en media hora ya nos reunimos para tomarnos un vinito blanco bien frío  en una terraza de la ciudad de Valencia. Luego vinieron innumerables desplazamientos, muchos y continuos,  a Madrid, Almería, Málaga y tantos otros lugares. Siempre para lo mismo: luchar contra los muros que nos separan de la igualdad. Pero yo a Pepa ya la conocía antes de ese  casual encuentro en el ascensor, la seguía por la prensa y las redes sociales, admirando su tesón y su fuerza y esa convicción de que la cosas en algún momento tendrían que cambiar para las personas con discapacidad. Aún recuerdo cuando leí en los rotatorios allá por el año 2012 que presentaba su candidatura a Decana en el Colegio de Abogados de Madrid, toda una proeza. Pero ¿quién es Pepa y qué representa?

Es ante todo una mujer, una abogada y, sobre todo, una mujer abogada con discapacidad, aunque sinceramente, después de tantos años, no he visto barreras que no pudiera traspasar más allá de necesitar que le acerquen una copa o un micrófono o bajar un escalón o pasar una página o el apoyo de su hermana Blanca, que además demanda con total naturalidad ayudando así a la visibilidad del colectivo ante la sociedad. Pequeña de cuerpo pero grande de corazón y convicción. Y siempre con ese humor inteligente que desata las sonrisas más sinceras.

Pero es que Pepa se lo ha ganado a pulso. Cuando nadie en este santo país nuestro sabía qué era una persona con discapacidad que necesita apoyos para estar en igualdad con el resto de ciudadanos y tod@s conocían tal condición como minusválido a secas, Pepa ya andaba erre que erre ( actitud y aptitud tan de letrad@ )  en uno y otro sitio intentando divulgar una nueva forma de entender a las personas que pertenecemos a este colectivo. Y siendo figura  omnipresente en la defensa de esta nueva concepción se fue introduciendo poco a poco por las rendijas de  los estamentos haciéndose visible, no ella, que es todo un mérito, sino la causa de su lucha que somos las personas con discapacidad,  hasta que le fueron llegando los reconocimientos a ese tesón y acabó sentada en algunos sillones:  coordinadora servicio  orientación jurídica ICAM,  en Foro Justicia y Discapacidad del CGPJ como representante de la abogacía,  como imprescindible ponente en Congresos sobre discapacidad…

Pero es que Pepa es mucho más. Pepa aúna esfuerzos dispersos de muchos letrad@s de España que luchamos por una causa  muy digna como es la mejora del colectivo de personas con discapacidad, en su persona, reuniendo ese esfuerzo  de muchos de nosotr@s, contribuyendo con su forma de ser, con su liderazgo natural,a inocular la idea de que sólo unidos podremos hacer que las cosas cambien de una vez por todas.  Ella reúne y no aparta, ella incluye y no excluye, ella comprende y no rechaza, ella da  y no quita. Orgullosa de estar en sus círculos, de compartir ideas, de haber vivido situaciones  que trascienden a nuestra propia personalidad creando la posibilidad de transformar el mundo y trabajar para lograrlo con total convicción. En algún artículo en que la nombro la definí es su momento como dadora de empatías y así la sigo considerando, porque ha conseguido reunir a abogad@s tan distintos centrándonos en un solo objetivo. Eso dice mucho de ella y por ello la admiramos.parte de el Servicio de Orientación Jurídica siendo ella coordinadora y, sobre todo, he tenido la suerte de conocerla y de que forme parte de mis afectos. He aprendido muchísimo de esta gran mujer.
Ella siempre está para todos, resolviendo nuestras dudas y repartiendo humanidad.
Un Ser con mayúsculas.

Es de recibo reconocer el trabajo bien hecho de los demás y este es un ejemplo del acierto de tal mención, es justo y necesario que se airee a la sociedad qué personas dedican su vida a mejorar las vidas de otros, tantas veces de forma silenciosa  y premiar al que aporta la mayor parte de su tiempo a cambiar el mundo mostrándole al poder que existen otras materias importantes por las que luchar y hacer posible esos derechos que tanto ha costado conseguir en papel y tan difícil es llevar a la práctica.

Cuando los compañeros abogad@s en la totalidad están conformes con el acierto de una mención de tal calibre es que Pepa reúne ese componente del  respeto ajeno a su persona, cualidad  harto difícil en la esfera de la abogacía. Merecido premio a toda una vida luchando por ser Pepa, una mujer abogada con discapacidad. 

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