La tecnología avanza a pasos agigantados. Si echáramos la vista atrás, veríamos que muchos trabajos de hace unas décadas hoy han sido sustituidos por una máquina. La automatización aporta muchos beneficios, entre los que destacan el ahorro considerable de tiempo y de costes.
No obstante, ¿qué derechos tienen los trabajadores sustituidos? ¿Puede una empresa despedirte sin más solo porque ha encontrado una manera de sustituir tus servicios por tecnología automatizada?
¿Es legal que te despidan y te sustituyan por un bot?
Una mujer de Canarias se vio recientemente en este caso: sus labores administrativas fueron sustituidas por un robot que trabajaba las 24 horas del día, mientras que ella fue despedida, tras lo cual llevó su caso a los tribunales.
Junto con otro compañero, la empresa prescindió de su trabajo alegando que un robot, recientemente incorporado a la empresa, hacía las mismas tareas de contabilidad de ambos trabajadores de manera más eficaz y con mucha más rapidez.
Queda claro que un robot, además, no debe parar para descansar o dormir, ni tampoco necesita tener fines de semana, como es el caso del robot de este ejemplo, que tenía una jornada laboral de las 24 horas seguidas durante este periodo.
¿La empresa deberá readmitirte o indemnizarte por el despido improcedente?
¿El resultado? El juez declaró dicho despido como improcedente y la empresa ha sido obligada a readmitir a la empleada, o bien pagarle una indemnización de 28.305 euros, además de tener que pagar una sanción de 863 euros por despedir a la trabajadora sin previo aviso.
La principal razón para declarar este despido como improcedente radica en que las circunstancias para dicho despido no son excepcionales, pues la automatización es algo común en los últimos tiempos, por lo que esta situación no entra en lo que conocemos como despido objetivo.
Además, el despido está enfrentado con el derecho al trabajo: sustituyendo a una persona por un robot, sin otros motivos objetivos para el despido, se antepone la libertad de empresa al derecho al trabajo del trabajador. Sería como considerar al trabajador un mero instrumento, que se cambia por otro —el robot—en lugar de como un ser humano con derechos.
