Carpeta de justicia

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Cuando escribo estas líneas, la incertidumbre de como se va a desarrollar el curso es cada vez mayor. Lejos queda nuestro tranquilo y cálido verano.

Este reto va a ser una carrera de fondo y te puedes preparar para él. Es importante que estés en las mejores condiciones para contribuir de manera positiva a tu entorno y, para ello, la clave eres tú.

Antes, te invito a que leas o releas mi artículo anterior, donde hago hincapié en la importancia de llevar a cabo una sola tarea cognitiva por vez y también propongo actividades que favorecen el mantenimiento de un cerebro joven.

Y ahora vamos a zambullimos en la vuelta a la normalidad (dentro de lo que cabe), con sus horarios, compromisos, fechas de entrega, plazos, reuniones…sin olvidar la dedicación a tu área de responsabilidad familiar que, en la situación que nos encontramos, es más compleja que nunca. Y para estos escenarios son las técnicas que siguen.

Para convencerte de su eficacia responde a la siguiente pregunta:

¿Qué actividades consumen más energía en el cerebro?

Imaginar y recordar.

LA IMAGINACIÓN está en el neocórtex, en la zona más nueva y evolucionada del cerebro, imaginar es una de esas actividades que sólo hacemos los seres humanos y, como todas las actividades del neocórtex, es de las de mayor consumo energético.

RECORDAR requiere un esfuerzo que puede ser de menor o mayor intensidad en función del contenido que se quiere recordar. Si tienes que recordar de manera intencional, el esfuerzo será grande. Además, recientes investigaciones han demostrado que algunos recuerdos deben «reconsolidarse» cada vez que se rememoran. De esa forma, el acto de recordar hace que ese recuerdo sea maleable temporalmente, lo que permitiría fortalecerlo, debilitarlo o alterarlo de algún modo. A veces los falsos recuerdos nos juegan malas pasadas que hay que gestionar sobre la marcha.

Ello sin olvidar que para recordar hay que memorizar, lo que exige otro alto grado de compromiso energético.

EL NEOCORTEX es la parte del cerebro donde se llevan a cabo todas las tareas cognitivas, más o menos el 90% de tu actividad profesional, y es increíblemente pequeña, su espacio físico es muy limitado, imagina que ocupara 1 m3, el resto del cerebro sería del tamaño de una galaxia.

Y a esa ínfima parte de tu maravilloso cerebro es a la que sobrecargas de información, le exiges imaginación, creatividad y memoria. Y esto tiene consecuencias:

Lo que le ocurre a tu cerebro cuando se sobrecarga

1. PARÁLISIS. En casos graves se produce un auténtico colapso, se pierde la noción del tiempo y el espacio. Sin llegar a ese extremo, es posible que hayas experimentado alguna vez esos lapsos en los que no sabes que buscabas, que estabas diciendo o para qué querías ver a tu amigo Enrique.

2. EMOTIVIDAD DESBORDANTE, INCOHERENTE: la corteza cerebral tiene la importante misión del control emocional y deja de hacerlo cuando está sobrecargada.

Por eso puedes perder la paciencia, sentirte frustrado, ansioso, inquieto, irritable…

3. CANSANCIO: el cerebro forma unidad con el cuerpo, si está sobrecargado también lo estará el cuerpo: si hay fatiga mental, hay fatiga.

Por ello es tan importante la monofunción y liberarle de exceso de carga, y para eso vas a quitarte de la cabeza todo aquello que no necesites tener en ella.

Para seguir convenciéndote de su importancia necesito que te plantees lo siguiente:

¿Qué ocurre en el cerebro cuando piensas en lo que tienes que hacer, cuando y como hacerlo?

Efectivamente, utilizas las dos acciones que más energía consumen del cerebro: la imaginación y la memoria, entre otras cosas.

Hasta la tarea más simple, como comprar huevos y leche a la salida del trabajo, precisa de un proceso como el siguiente:

  1. Tu cerebro tiene que comprender lo que va hacer y para que lo hace (su sentido en el contexto de tu vida)
  2. Memoriza los aspectos que lo conforman.
  3. Recuerda los aspectos del proyecto o tarea, su pasado y su proyección futura, a la vez que recuerda otras tareas y proyectos que pueden estar en competencia;
  4. Inhibe a los demás proyectos o tareas y en función de todos esos parámetros
  5. Decide

Cada vez que tienes que priorizar, decidir que haces y que no, tienes que pensar completamente en cada proyecto para valorarlo:

  • Proyecto 1: comprender, memorizar, recordar, inhibir decidir
  • Proyecto 2: comprender, memorizar, recordar, inhibir, decidir

Todo en un contexto de futuro, de proyección, de IMAGINACIÓN.

SI dejas que todo este proceso se lleve a cabo en tu mente, ocupada en otras tantas tareas cognitivas, te estás cargando innecesariamente de distrés (el estrés “malo”).

¿Cómo puedes aliviar esa carga mental?

Dedicando unos minutos a escribir lo que tienes que hacer, cuando y como hacerlo. Anota esas tareas que están dando vueltas en tu cabeza mezcladas con todo lo demás.

Si has visto Harry Potter, es como el pensadero de Dumbledore. No hace falta ser mago para vivir la magia del bienestar que proporcionan unos minutos bien empleados.

Porque si estás dedicándote a gestionar tu agenda mentalmente a la vez que llevas a cabo tus tareas y proyectos creativos (sí una demanda es un acto creativo, nadie antes que tú tuvo que hacer frente a esos hechos concretos con ese cliente), y apagas los fuegos del día a día, estás sobrecargando esa nueva y pequeña parte de tu cerebro: el neocórtex.

Sólo con hacer una lista de tus proyectos o tareas ya estás liberando de peso a tu cerebro y, una vez escritos, te resultará más fácil gestionarlo y desmenuzar las acciones en tareas más simples, poniendo fecha y hora para su realización.

En esta lista pon todo lo que te esté dando vueltas, desde hacer deporte (si todavía no lo tienes incorporado a tu rutina) a comprar los ingredientes para la cena que organizas el sábado con tus amigos de padel, pasando por la boda del hijo de tu amiga de toda la vida, a ir al super al salir del trabajo para comprar huevos y leche.

Todas esas tareas dando vueltas por la cabeza pesan, las sencillas y las complejas, las laborales y las domésticas, los compromisos y el ocio.

Hazlo como quieras, pero escríbelas, si eres de los organizados te resultará más sencillo agendarlo directamente, pero, si como yo, no lo eres, escríbelos y entre ellos no te olvides de anotar unos minutos a la semana, no suele llevar más de 15, para priorizarlos y agendarlos para fijar el tiempo que le vas a dedicar a cada tarea y cuando hacerlo.

Sería algo así:

  • Padel el miércoles
  • Comprar lo de la cena

¡PENSAR EN EL POSTRE!

  • Buscar en Pinterest ideas para el vestido de la boda de Luisin. Llamar a Ana a ver que tiene ella
  • NO OLVIDARME de comprar hoy huevos y leche.
  • Preparar la comunicación ¡¡UFFF!!
  • Antes de salir del trabajo dedicar unos minutos a organizarme.

Una vez escrito podrás, no solo asignar prioridades sino valorar su grado de dificultad y si hay algo que te abrume especialmente, buscar el método más sencillo de afrontarlo.

Para estos casos, cuando sientes que algo te cuesta, que lo vas aplazando cada vez más, te propongo que lo desmenuces en tareas simples y sencillas.

Por ejemplo: te han invitado a dar una comunicación en un congreso profesional dentro de dos meses, es tu primera vez y quieres prepararte bien, pero no lo estás haciendo, realmente no sabes de que hablar para que interese durante los 15 minutos más o menos que durará tu intervención, llevas varios días con una ligera opresión en el pecho y sabes que es inquietud por este reto.

Preparar una comunicación es algo demasiado abstracto, de momento no tienes tema, ni titulo, no tienes nada. No debería preocuparte porque todavía quedan dos meses, pero lo cierto es que te preocupa y, por eso, lo mejor es que te ocupes de ello cuanto antes.

Como ya has escrito la lista de todas las cosas que tienes que hacer en los próximos días, hasta comprar huevos y leche, puedes dedicar un tiempo a desmenuzar en tareas simples y sencillas ese proyecto más complejo y comprometerte a buscar unos minutos para empezar a ocuparte de prepara tu comunicación.

Podría ser algo así:

  • Hoy 18:30 a 19:00: pensar tema sobre comunicación.

Puedo disponer de 30 minutos todos los días a la misma hora.

Puedo pasear, así me despejo y seguro que se me ocurre más fácilmente.

  • Mañana a las 16:30 llamo a Enrique para conversar sobre ello ( fue ponente el año pasado y seguro que estará encantado de ayudarme)
  • Semana que viene (si tengo ya decidido el tema):
    • 18:30 a 19:00 buscar información, documentación, bibliografía
    • Viernes por la tarde para acudir a la Biblioteca del Colegio
  • Dentro de dos semanas: viernes por la tarde: redacción de la comunicación. Mismo tiempo para memoriza y ensayar.
  • Aprovechar momentos libres.

Un viaje de mil millas comienza con un paso. Lao Tse.

Quiero hacer especial referencia a las mujeres y a los hombres que gestionan y organizan la vida familiar y doméstica. Como esa labor de planificación y organización se minimiza y minusvalora, la mayoría vivimos con un exceso de carga mental por mantener en la cabeza ese coctel de tareas de diferente importancia para nuestro bienestar y el de nuestra familia, pues pocos anotamos en la agenda estas cuestiones ¿verdad? Realizar esta sencilla técnica cada día, al menos cuando te sientas desequilibrado, pues aliviarás esa desazón, inquietud, agotamiento, mal humor, irascibilidad…

Y, por último:

La regla de los 20 minutos: una pausa motivacional

Con la anterior propuesta vas a notar los efectos pasadas unas semanas de su práctica, es importante la constancia, pero la efectividad de la propuesta de la que te hablo ahora puedes verificarla ahora mismo.

  • Pon la alarma del reloj cada 20 minutos
  • Cuando suene dejas lo que estás haciendo y compruebas lo que has realizado en esos 20 minutos
  • Toma conciencia y anótalo, brevemente
  • Sigues trabajando hasta los siguientes 20 minutos que repites esta pauta.

No es una pausa para descansar, es una “pausa motivacional”

Normalmente hacemos muchas cosas y no somos conscientes de ello, te sorprenderá de cuanto realizas.

También somos interrumpidos mil y una vez, atendiendo urgencias que nos despistan de lo importante y terminamos con la sensación de “no haber hecho nada”. Esos “nadas” son “algos” y tomar conciencia de ello va a reforzar tu confianza en tu capacidad de trabajo. También reforzará las decisiones que tomes para centrarte en lo importante, en lo que has establecido como prioridades coordinándolo para atender las “urgencias” diarias.

Esta técnica te ayudará a concentrarte, te dará confianza y te motivará.

Cada hora u hora y media puedes tomarte unos minutos de descanso, con 10 puede ser suficiente, te recomiendo una conversación, escuchar música o un café, pero aléjate de las pantallas e imágenes, nada desconcentra más que las imágenes y las redes sociales.

Es fácil que si lo haces te sobre tiempo ¿qué harás con él?

Confío que alguna de estas propuestas te ayude a prolongar tu tranquilo y cálido verano. Nos vemos dentro de un mes.




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