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Como estamos en periodo vacacional ¿qué te parece que hablemos de descanso? Espero que te apetezca leerme mientras disfrutas de un entorno maravilloso y que lo que te cuente intensifique tu bienestar.

Hoy quiero invitarte para que seas lo más MONOFUNCIÓN posible. Seguro que sabes a que me refiero.

Dicen que los hombres solo hacen una cosa por vez y nosotras nos vanagloriamos de hacer más de una. Pero todos y todas sabemos que eso es relativo, sobre todo si estamos hablando del contexto laboral, tanto hombres como mujeres pueden desarrollar comportamientos multifunción.

Yo soy cada vez más partidaria de la monofunción, primero porque la eficacia y eficiencia de mis actos crece y, sobre todo, porque mi bienestar, equilibrio y paz son mucho mayores. Incluso cuando realizar más de una tarea no sea especialmente perjudicial para tu mente. Pero me estoy adelantando.

Si eres como yo, necesitarás algo más que mi palabra para creerme. Vamos a ello.

Antes de seguir voy a diferenciar entre cerebro y mente:

  • El cerebro son las neuronas y sus conexiones, es la materia física, la química y la energía. Algo que se pude tocar, medir, estudiar.
  • Y la mente es el producto del cerebro, lo que no se puede tocar ni medir siguiendo el método científico: los pensamientos y emociones.

Podemos decir que el cerebro es el hardware y la mente el software.

Obviamente, todo lo que le pasa al cerebro repercute en la mente. Si tienes un derrame y afecta a la zona de la memoria, tu mente se ve afectada porque no vas a recordar, pero si ejercitas otras áreas del cerebro conectadas con la memoria podrás generar nuevas conexiones sinápticas e ir recuperándola.

Pero algo absolutamente asombroso es que la mente también puede reconfigurar el cerebro: el producto del cerebro puede reconfigurar la física del mismo:

Esto que los monjes saben desde hace siglos, los científicos han podido demostrarlo hace unas tres décadas: tus pensamientos y emociones pueden alterar la configuración de tu cerebro.

Fascinante ¿no crees?

Por ejemplo, han demostrado que la edad no es obstáculo, que los límites vienen de nuestros pensamientos (creencias limitantes asociadas a la edad) que de la realidad: el “no puedo” es mental, no es real porque:

El cerebro es el único órgano que no envejece con la edad.

Sí, a mí también me sorprendió la primera vez que lo escuché: el cerebro no envejece. Entonces ¿qué ocurre? Dos cuestiones muy simples:

¿Cómo envejece el cerebro?

  1. Por mal uso: mucho estrés por muchos años. Exceso de trabajo y mal mantenimiento.
  2. Por desuso: retirada de la actividad. Si no se utiliza, se va apagando adecuándose a su uso.

Y la ciencia sabe que mantener el cerebro activo es la mejor manera de sentirse más joven. Pero activo con unos criterios, hoy hablamos del más importante: la monofunción como la manera adecuada de trabajar con el cerebro.

Seguro que, como yo, has oído más de una vez que no usamos todo nuestro cerebro. Esta afirmación es incompleta porque usamos todo el cerebro, PERO sólo el 2% a la vez.

Y eso es bastante porque el 2% de tus neuronas son billones de posibles conexiones sinápticas.

Lo cierto es que si utilizas más, si usas el 3%, te quemas de verdad. Un día te levantas y te das cuenta que no puedes tomar ninguna decisión, te has roto literalmente.

Para seguir hablando vamos a recordar los tres cerebros que tenemos:

  1. El cerebro reptiliano: nuestro cerebro más antiguo, de unos 500 millones años, donde nacen todas nuestras respuestas instintivas.
  2. El cerebro mamífero, de 200 millones de antigüedad creado sobre el reptiliano, constituye el cerebro límbico. Es el cerebro de las emociones y funciona 24/7 buscando el placer y evitando el dolor: SIEMPRE DOLOR-PLACER.
  3. Y el neocórtex, de unos 300.000, sede de la lógica, el razonamiento, el lenguaje, la imaginación, la creatividad, la memoria, la planificación, las relaciones y el trabajo en equipo. Es el que dirige, guía y supervisa nuestro comportamiento.

Es el origen de todo lo que nos hace más humanos.

  • Hago un paréntesis para futuras ocasiones: quiero señalar que muchas veces, más de las deseables, esta parte evolucionada y casi divina de nuestro cerebro no es la responsable de nuestras decisiones ¿Por qué? Porque ahí está nuestro más rápido y antiguo cerebro límbico decidiendo en términos de placer-dolor. De esto hablaremos más a fondo cuando tratemos los conflictos. —

Y ahora vamos a ahondar en como funciona el córtex prefrontal cuando realiza una tarea cognitiva, una de esas funciones superiores que nos hace humanos.

Nuestro cerebro lleva a cabo las siguientes acciones:

  1. COMPRENSION: valoración del contexto, de la situación, medios, antecedentes, posibilidades y finalidad
  2. MEMORIZACIÓN (a corto): generamos un recuerdo consciente, y otras no tanto, de las tareas realizadas para la finalidad buscada.
  3. RECUERDO: mientras ponemos foco aparecen recuerdos que pueden aportar o todo lo contrario.
  4. INHIBICIÓN: es la función más cara del cerebro, lleva aparejada un alto coste energético pues implica no pensar en otras cosas, despejar de recuerdos, para centrarnos en una sola tareas.
  5. DECISIÓN: de todas las variables que tengo elijo realizar aquellas acciones más eficientes para obtener el resultado buscado.

Te propongo un EJERCICIO para que lo resuelvas mentalmente:

¿Cuántas vocales mayúsculas tienen únicamente líneas rectas, y cuántas al menos una línea curva?

¿Cómo ves las letras en tu mente? ¿Al mismo tiempo o separas las vocales?

¿Puedes ver las cinco letras al tiempo o sólo de en una?

Puedes verlas a la vez, pero si tienes que comprender cuál es recta y cuál curva, tu cerebro las ordenará de una en una.

Porque el NEOCORTEX PREFRONTAL ES SERIAL, sólo puede hacer una cosa a la vez.

Entonces ¿Qué pasa con los multitareas?

Lo cierto, es que no hacen muchas cosas a la vez, lo que hacen es realizar la secuencia: comprensión-memorización-recuerdo-inhibición-decisión, muy rápidamente y, a veces, perdiéndose en el camino.

Es como si un niño pequeño estuviera encendiendo y apagando el interruptor del cerebro muy rápidamente.

Si estuviéramos dentro del cerebro veríamos algo así:

Me pongo a escribir el mail, suena el móvil, apago escribir el mail, respondo al móvil, escucho comprendo, memorizo, recuerdo, inhibido, decido (digo) algo, apago el móvil, vuelvo a encender el ordenador, vuelvo a comprender, memorizar, recordar, inhibir, decidir.

La causa número uno del cansancio no es lo que haces, sino como lo haces.

Si sigo sin convencerte, quizá eres de esas personas con una alta sensación de productividad al hacer muchas cosas a la vez y, por eso, te hablaré de un estudio de la Universidad de Stanford con altos multitareas y bajos multitareas.

Observaron a 100 estudiantes nativos digitales, divididos en altos multitareas y bajos multitareas, o monofunciones, en la realización de tres tipos de sencillas pruebas.

La conclusión es que los multitareas:

  • Tienen un índice de distracción mucho mayor: no pudieron ordenar la información relevante para realizar la prueba con éxito.
  • Carecen de memoria a corto (cortísimo): no podían ordenar sus recuerdos para completar la tarea satisfactoriamente.
  • No podían dejar de pensar en lo que NO estaban haciendo. No tenían foco en el objetivo.

Ahora los investigadores siguen estudiando si los multitareas crónicos de esta era nacen con una incapacidad para concentrarse o si están dañando su control cognitivo al realizar voluntariamente tantas tareas a la vez.

Pero de lo que sí están convencidos estos investigadores, es que las mentes de los multitarea no están funcionando tan bien como podrían hacerlo.

―En mi opinión, nacemos con las mismas facultades que hace miles de años, lo que ha cambiado son los estímulos que nos rodean y su gestión. Para mí es un tema claro de aprendizaje, si bien la sobrestimulación y la falta de instrucción sobre como gestionarlo es lo que pone en riesgo a los nativos digitales y a los analógicos que nos hemos subido al carro digital. Pero no hay mutaciones que lleven a la aparición de nuevas o diferentes facultades cognitivas: todo es aprendizaje. ―

Este estudio es del año 2009 y los que prueban como los pensamientos modifican la configuración cerebral son de hace más de 30 años, pero parece que el mundo va en paralelo y las creencias sociales favorecen la locura de la alta multifunción en detrimento de la eficiencia y, lo más importante, de la salud de las personas.

Esta alta exigencia eleva la frustración, la ansiedad, el error, la deficiencia en el aprendizaje, la percepción de amenaza continua, la situación artificial de crisis constante, se vive en una situación de alerta permanente: PORQUE PARA EL CEREBRO TODO ES URGENTE.

Recuerda que estamos hablando de multitareas cognitivas, cuando se utilizan distintas áreas del cerebro para realizar varias cosas sí lo podemos hacerlo sin desgaste.

Por ejemplo, podemos caminar y hablar por teléfono; correr y escuchar música…

Pero estás de vacaciones y sería maravilloso que hicieras UNA COSA POR VEZ: come, reza, ama, pero secuencialmente, entrégate por completo a la monoacción.

Para animarte aún más te propongo cuatro maneras de recargar ese juvenil cerebro que tienes:

ALGO DE DEPORTE: correr, nadar, pilates, yoga o caminar … se prende otra área del cerebro, el córtex motor y se desconecta el córtex prefrontal. No vale llevarse el móvil al gym, al paseo, al barco… si lo llevas limita su uso a llamadas imprescindibles… pero no lo lleves, son solo 30 minutos.

Al principio puedes verlo como una pérdida de tiempo, pero en 7 u 8 semanas verás los efectos: menos cansancio y aumento de la productividad.

De hecho, una caminata de 30 minutos diaria durante 10 años rejuvenece esos mismo 10 años. Por ejemplo, comienzas a caminar con 60, al cumplir los 70 tienes una mente de 50

¿Qué te parece? ¿Te animas a probarlo?

SIESTA CORTA: de unos 15 minutos, puede aumentar la productividad de un 30% a un 40% el resto de la tarde. La mayoría de nosotros, excepto los búhos (un 20% de la población) que están a su máximo rendimiento sobre las 16:00, por la tarde no estamos tan productivos como por la mañana.

Si no puedes dormir, sí que puedes cerrar los ojos y concentrarte en la respiración durante unos 8 minutos, no necesitas más. Poco a poco irás dominando este ejercicio que es tan relajante como una siesta.

UNA PAUSA: Cuando el jefe dice “de aquí no sale nadie sin que se tome una decisión/se termine este proyecto/demanda/informe…” Al final se tomará o terminará, pero no de la mejor manera ¡queremos irnos a casa! Sólo unos 15 minutos de un café liberan bloqueos y ayudan al buen fin.

El cerebro dirá que no puedes, que es urgente, que no hay tiempo para pausas, pero el pobre cerebro lleva estresado tanto tiempo que no sabe lo que es bueno para él.

MUSICA: escuchar música atentamente, enciende el córtex auditivo. Con solo 5 minutos de total atención a la canción, letra, instrumentos, melodía, compases, los tonos… experimentarás algo muy parecido a la meditación. Aparecerán pensamientos, pero los observas, los dejas pasar como si fuera una nube y volver a la canción cada vez.

Aunque todas estas propuestas puedas llevarlas a cabo contestando un mail, un mensaje o publicando algo en las redes, estás de vacaciones, no lo hagas, por atención a esas sencillas y mecánicas tareas para que tu neocórtex prefrontal luzca joven y bello mucho tiempo: come, reza, ama, pasea, nada, baila…sólo una cosa a la vez.

Felices vacaciones.




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