El estudio, focalizado en despachos de abogados de menos de cien mil euros de facturación anual y con hasta tres empleados, arroja la conclusión de que el aspecto que les parece más importante para sus despachos es la aportación de valor al cliente (33,3 %), seguido de la facturación (25,4 %) y de la organización de los procedimientos de trabajo. En consecuencia, los despachos entienden que la continuidad del negocio depende de la satisfacción del cliente (apoyada por una adecuada gestión/organización) y de la rentabilidad. El resto de prioridades son: la transformación digital del despacho, la organización de los procedimientos de trabajo, el marketing y la promoción del despacho, el control de los ingresos y gastos y la protección de los datos en la gestión diaria.
Uno de los problemas con los que se encuentran es que carecen de capacidad o conocimiento para captar clientes fuera de las vías más tradicionales, competencia que les podrían hacer ganar rentabilidad. Cabe destacar sin embargo que el 49,1 % afirma tener presencia en redes sociales, entre las que destacan Facebook (53,6 %) y LinkedIn (51,8 %), seguidas de Instagram (33, 9 %) y Twitter (19,6 %).
Más sociedades que autónomos y sin previsión de incorporar a más profesionales
En este perfil de despacho predomina, en un 75,4 % de los casos, la figura fiscal societaria y en el 24,6 % restante la de profesional autónomo. En cerca del 40 % trabaja solo un abogado y en otro 49 % dos. Solo uno de cada diez despachos está pensando incorporar más personal al mismo, por lo que reconocen que ganar en eficiencia será esencial para aumentar la capacidad y poder crecer con los mismos recursos.
Como dato positivo común a todos ellos, se trata de despachos de trayectoria dilatada y relativa estabilidad en sus expectativas a corto plazo, preocupados por su situación competitiva. De hecho, el 56,1 % tiene una antigüedad de más de 15 años.
Según el citado informe, casi la mitad (el 45,6 %) se ha marcado en 2022 como principal reto para el desempeño de la actividad profesional del despacho “poder mantener la actividad”, cuando no “sobrevivir”. Otro 24,6 % afirma que focalizará sus esfuerzos en aumentar la cartera de clientes y la facturación. Pese a ser conscientes de los retos a los que reconocen que se enfrentan, solo cuatro de cada diez tienen una estrategia pensada mediante la que encararlos.
Expertos en Derecho Civil que priorizan la formación
En cuanto a los servicios que prestan por áreas del Derecho, el 86 % afirma estar especializado en una única jurisdicción y, de estos, el 44,9 % centra su oferta en Derecho Civil, seguido del Derecho Laboral (14,3 %), Mercantil (12,2 %) y Penal (9,2 %).
La mayoría coincide en que nos encontramos en un entorno regulatorio cada vez más complejo, tanto cuantitativa como cualitativamente, por lo que apostar por la formación de calidad es esencial para diferenciarse en la aportación de valor al cliente. Por este motivo, la mayoría de los miembros de estos despachos (el 60 %) suele participar en eventos, congresos y conferencias relacionados con su profesión y el 70 % realiza con regularidad actividades formativas, en especial aquellas que están relacionadas con cuestiones legales propias de su especialidad.
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