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Los países de habla inglesa llevan la delantera en la redacción de información de manera clara, precisa y concisa. Mientras tanto, en Latinoamérica los avances son menos y más lentos.

Una comunicación está escrita en lenguaje claro si el lenguaje, la estructura y el diseño son tan claros que el público al cual se dirige, puede rápidamente encontrar lo que necesita, comprender lo que encuentran y utilizar dicha información, define International Plain Language Working Group.

En 1975 Citibank da inicio al movimiento al ser el primer banco en redactar sus contratos de consumidor de acceso al crédito en lenguaje claro. Cuatro años más tarde, el estado de Nueva York fue el primero en aprobar una ley con este tipo de redacción (New York Plain English Law).El término “lenguaje claro”, a pesar de tener una gran importancia en la actualidad, tiene sus orígenes en 1940 cuando Winston Churchill, en pleno periodo de guerra, hace un memorándum para acortar los documentos oficiales y dejar más a la vista los puntos claves. Sin embargo, en la vida civil la propuesta del presidente fue ignorada hasta al menos 30 años después. Posteriormente, los presidentes Jimmy Carter y Bill Clinton propusieron también en sus mandatos que los reglamentos y el lenguaje de los gobiernos fueran tan claros y simples como se pudiese.

Hoy, en Estados Unidos, el acta aprobada en la administración del presidente Barack Obama sobre redacción clara (The Plain Writing) sigue sin ejecutarse y no hay presupuesto para implementarla.

Según Joanna M. Richardson en la revista Hemiciclo, los mayores éxitos e las influencias más significativas de lenguaje claro son en países de habla inglesa. Por ejemplo, en Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica. En este último país, se escribe la Constitución de esta manera desde 1996. Además es traducida a los once idiomas oficiales del país lo que, según la autora, constata que el lenguaje claro facilita también la traducción.

Lenguaje claro en el Viejo Continente

En la Unión Europea, como tienen 23 idiomas oficiales, desde 2010 que se publica un cuadernillo en todos estos lenguajes con redacción simple. Además, lanzaron un programa piloto para certificar en lenguaje claro, denominado ICClear.

Actualmente en España, además del desarrollo de este tipo de redacción que simplifica la comprensión de documentos para todas las personas, realizan una iniciativa llamada lectura fácil. Según lo publicado por Claudia Poblete y Pablo Fuenzalida, académicos de la PUCV, en la Revista de Llengua i Dretesta, este tiene por objetivo “promover la accesibilidad de la información escrita por parte de la ciudadanía, pero con énfasis en las personas en situación de riesgo o de exclusión social (adultos mayores, personas con discapacidad intelectual, etc.) […] Según esto, su público sería más específico que lo que contempla el lenguaje claro, donde el destinatario es amplio como todos los ciudadanos que deben entender, por ejemplo, un formulario de solicitud de asistencia social o una ley”.

Sin embargo, en los países escandinavos es donde hay una mayor vanguardia, según Richardson. En Suecia, hace más de 30 años, toda la legislación debe ser en lenguaje claro e incluso tienen una carrera o programa académico de grado en el tema y una certificación para instructores.

Latinoamérica y su progreso

En la lengua española, uno de los avances en la materia fue realizada en el gobierno del presidente mexicano, Vicente Fox, entre el año 2000 y 2006. Ahí se realizó el experimento más importante con lenguaje ciudadano. Desafortunadamente, al igual que lo que pasó en Estados Unidos, este no perdura más allá de dicho gobierno.

En Argentina, el estudio Marval, O’Farrell & Mairal, líder en el país y también en Latinoamérica, lanzó su programa de lenguaje claro en español. Este se basa en tres ejes: capacitación, centro de consulta permanente y boletín informativo mensual. Este programa indica que una de las primeras preguntas que se debe hacer el abogado corporativo es ¿a quién me dirijo?.

La situación en Chile respecto al tema no es tan distinta al resto de los países latinoamericanos. Según el profesor de Derecho Público y Filosofía Jurídica de la Universidad Autónoma de Madrid, Francisco Javier Laporta, una de las características del fenómeno jurídico es la alteridad, es decir, que las normas jurídicas requieren la presencia de otro como receptor. Es por esto que el lenguaje de las leyes cobra vital relevancia, a fin de saber cuál es la conducta que se espera del destinatario de las normas jurídicas.

Según los resultados del IX Estudio Nacional de Transparencia 2017, un 54% de la población no confía en la información que viene del Estado, y la principal razón de esto es porque la información no es clara, según el mismo estudio.

Es por esto que una de las iniciativas tomadas en pos del lenguaje claro es la de la Biblioteca del Congreso Nacional con su programa de Ley Fácil. Su objetivo es presentar en un lenguaje sencillo explicaciones de las leyes aprobadas por el Congreso. Entre sus labores está la simplificación del lenguaje, la creación de una guía legal con versiones en solo audio y en lenguaje de señas, y de audios de esta misma y también realizan radioteatros. Además la Biblioteca elaboró un conjunto de explicaciones de leyes en lenguas originarias del país.

Por su parte, la Facultad de Derecho de la PUCV incorporó 4 asignaturas obligatorias de habilidades lingüísticas, en las que se tiene como objetivo que los estudiantes desarrollen estrategias para elaborar textos escritos en un lenguaje comprensible y claro para las diferentes audiencias.

Lo anterior, se integra en el contexto chileno en donde hay una ausencia de regulación constitucional, legal y reglamentaria relativa al proceso prelegislativo, según Rodrigo Bermúdez en la revista Hemiciclo. Agrega además que hoy existen en las leyes referencias erróneas, doble articulado, redacción redundante, uso excesivo de reenvíos, vacíos legales, títulos incoherentes, contradicciones en el mismo texto del proyecto y con otras normas vigentes y términos ambiguos.

A nivel mundial, hoy existen dos Organizaciones No Gubernamentales internacionales que agrupan a personas interesadas en promover el lenguaje y la comunicación clara: PLAIN (Plain Language Association InterNational) y Clarity. Esta última es integrada por abogados que están interesados en promover el lenguaje legal claro y, además, publica una revista dos veces al año que se puede visitar en su sitio web.

Reproducción autorizada por Idealex.press  Ver artículo original




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