Carpeta de justicia

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La política de competencia se basa en principios jurídicos y económicos, y se asocia a menudo con estos dos aspectos muy importantes. Pero esto es solo una parte de la política de competencia: esta política tiene un impacto directo en la vida de las personas, y una de sus principales características es el fomento de mercados abiertos de manera que todos los ciudadanos y empresas puedan disfrutar de los beneficios del crecimiento.

En su discurso sobre el Estado de la Unión de 2016, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, recordó que «(a) Por marco equitativo también se entiende que en Europa se protege a los consumidores frente a los cárteles y los abusos de posición dominante de las empresas. (...) La Comisión supervisa esta equidad. Es la vertiente social de la normativa de competencia y es la idea que defiende Europa».

La aplicación de la normativa de competencia envía el mensaje de que todos, por ricos y poderosos que sean, tienen que cumplir las normas. La política de competencia no puede configurar por sí sola una economía más justa, pero puede suponer una importante diferencia: la aplicación de las normas de competencia garantiza que los consumidores tengan voz. La política de competencia contribuye a una sociedad que permita que las personas elijan, estimule la innovación, impida abusos por parte de los operadores dominantes, e impulse a las empresas a sacar el máximo partido de unos recursos escasos, contribuyendo así a hacer frente a desafíos mundiales como el cambio climático. Además, todas las decisiones adoptadas por las autoridades de competencia de Europa (la Comisión y las autoridades nacionales de competencia) afirman que la UE es una comunidad basada en el Estado de Derecho.

También demuestran a la sociedad civil que el sistema puede funcionar en aras del bien común y aportar beneficios concretos a los ciudadanos. Las medidas de la política de competencia de la Comisión en 2016 se centraron en una amplia gama de ámbitos, contribuyendo a que los mercados funcionen de manera más justa para todos. Al mismo tiempo, la política de competencia continuó apoyando los esfuerzos de la Comisión para cumplir las prioridades políticas clave, en particular la creación de un mercado único digital conectado, un mercado interior más justo y profundo, y una Unión de la Energía integrada y respetuosa con el clima. La economía globalizada requiere también una cultura mundial de la competencia.

Por ello, la Comisión colabora estrechamente con otras instituciones de la UE, organizaciones internacionales y autoridades de competencia de todo el mundo. Trabajar juntos contribuye a multiplicar y distribuir los beneficios de la competencia leal, en Europa y en todo el mundo

 

Acceso al informe 2016

 




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