“Los abogados debemos estar alerta en la defensa de los intereses de los clientes y también en la prevención de cualquier riesgo que podamos incurrir”, explicó Pascual Valiente Aparicio, decano del Colegio de Abogados de Cádiz en la Conferencia de los Lunes.
“El número de demandas contra abogados ha aumentado de manera exponencial. Se ha abierto la veda y se han disparado las quejas contra los abogados. Por eso necesitamos procedimientos de trabajo seguros”, afirmó, tras asegurar que estas situaciones se producen no tanto por mala praxis sino por exceso de confianza.
Valiente hizo una detallada enumeración de los diferentes delitos. Los cometidos frente al cliente, cuando este no está satisfecho con la actuación del abogado, son los que se dan con más frecuencia, afirmó Valiente, quien se refirió a los delitos de falsedad – “No se puede sustituir la firma del cliente, ni aunque se haga de buena fe, y menos imitando la firma, puede dar lugar a una situación grave”, advirtió- , de apropiación indebida, y de estafa.
“El delito que más me preocupa es el de deslealtad profesional, recogido en el Código Penal y que castiga la conducta que perjudica los intereses que le fueran encomendados. Es un delito que no tiene ningún sentido, y que no debería existir porque la responsabilidad contractual del abogado ya está recogida en el Código Civil”, afirmó.
En lo referido a los delitos frente a la administración de justicia, explicó los delitos de denuncia o acusación falsa, de falso testimonio, de incomparecencia voluntaria y sin causa, de destrucción de documentos, de revelación de actuaciones secretas, de violación del secreto profesional y de estafa procesal.
Y frente a terceros, mencionó los delitos de blanqueo de capitales, el delito fiscal, el de injurias y calumnias y el de frustración de ejecución.
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