Cualquier vivienda debería tener elementos de detección de incendios así como material de extinción.

Entendemos como elementos de detección de incendios los detectores de humo y de temperatura. En el caso de los primeros, indica la abogada de ARAG, Montserrat Martín, “se recomienda que se instalen en todas las estancias de la vivienda o bien en pasillos y lugares de tránsito”. Los detectores de temperatura deben instalarse en la cocina y en el garaje ya que los mismos se disparan cuando la temperatura supera los 50º.

Dichos elementos, relata Martín, nos ayudan para percibir que se está iniciando un incendio y nos permiten tomar medidas para sofocarlo antes de que se extienda por la vivienda. Con objeto de poder realizar dicha acción es recomendable que las viviendas estén dotadas de extintores portátiles que permitan actuar sobre el foco del incendio con celeridad. Dichos extintores deben instalarse a una altura máxima de 1,20m del suelo o bien deben tenerse en el suelo mismo.

También pueden usarse mantas ignífugas que son “láminas de material flexible destinadas a extinguir por sofocación pequeños fuegos”, por tanto, es una protección rápida y fácil ante cualquier fuego. Es una barrera para bloquear el calor en el momento de huir del incendio, sirven para cubrir a una persona en llamas y apagarlas, son de fácil uso y ligeras, son económicas y no requieren mantenimiento, solo sustituirlas cuando se han usado.