Durante los últimos años las compras por internet han aumentado notablemente. El ritmo de vida, las nuevas tecnologías y la comodidad de poder obtener los productos deseados sin tener que ir a por ellos han provocado que muchas marcas y servicios vendan a través de la red.
Gastar dinero a golpe de clic se ha convertido en algo habitual para muchos españoles, pero a veces no somos conscientes de los riesgos a los que estamos expuestos. Para evitar estos casos debemos tener en cuenta una serie de prevenciones:
- Estar atentos a los correos o mensajes alarmistas con enlaces o archivos adjuntos.
- No responder a correos que solicitan tus datos personales (por ejemplo, número de cuenta, contraseñas, etc.)
- Comprar en páginas conocidas y con buena reputación.
- Al descargar una aplicación se debe revisar los permisos que te solicitan y valorar si son necesarios para el funcionamiento. También, hay que consultar las reseñas de otros usuarios antes de la instalación de la app.
Si has sido víctima de un fraude por la compra de un producto en internet, lo primero que debes hacer es denunciar y reclamar la devolución de los cargos efectuados. Además, rápidamente, hay que proceder a la anulación de las tarjetas en caso de pérdida o sustracción.
¿Cuáles son mis derechos cuando compro un producto por internet?
La ley de consumidores recoge una serie de derechos para el cliente como los siguientes:
1. Las empresas de venta online están obligadas a publicar datos sobre su denominación social, NIF y datos de contacto.
2. Lay ley establece el cobro de cargos por usar un método de pago específico, pero las empresas deben ofrecer pagar como prefiera el cliente a través de tarjeta, PayPal o transferencia, sin cobrar un recargo por ello.
3. Siempre que se compre un producto por internet la tienda debe mandar un acuse de recibo o una confirmación, la cual servirá en caso de reclamación.
4. El consumidor tiene 14 días naturales para devolver el producto sin coste desde el momento en el que el artículo llego a la casa. Para realizar esta acción no es necesario ninguna explicación, simplemente el cliente ejerce su derecho de desistimiento.
5. El ingreso del coste del producto debe ser ingresado en 14 días tras la devolución.
6. Todos los artículos que puedan comprarse por internet tienen la misma garantía que los productos adquiridos en tienda física, es decir, dos años.
7. Si existe un defecto de fábrica, es responsabilidad del fabricante arreglarlo, cambiártelo por el mismo producto nuevo o devolverte el dinero.
8. Si la empresa vendedora no informara de forma correcta del plazo de devolución (14 días) la ley puede castigarles con una ampliación del plazo llegando a los 12 meses
Pero no todos los artículos comprados por internet se acogen a estos derechos. Existen una serie de excepciones con algunos productos que no están cubiertos por el derecho de desistimiento:
- Bienes personalizados o encargados a medida.
- Artículos que caducan o se deterioran de manera rápida como los alimentos.
- Los productos precintados por salud o higiene, una vez que se ha desprecintado no puede ser devuelto (maquillaje o ropa interior).
- Como en el caso anterior, los CDs, videojuegos, videos, software, etc., cuando se le ha quitado el precinto tampoco estarán bajo derecho de desistimiento.
En estos casos expuestos, no se puede devolver en un periodo de 14 días sin justificación, aunque si se podría reclamar so los productos no son los que compraste o no están en buen estado.
¿Quién debe pagar los gastos de envío?
Las tiendas están obligadas a devolverte los gastos de envío iniciales. Sin embargo, en caso de desistimiento, pueden cobrarte tanto los gastos de envío como los de devolución.
En el caso de que el cliente quiera devolver un producto a una tienda que no tiene sede en ningún país de la UE las reclamaciones se hacen casi imposibles. Se debería analizar en qué país se encuentra, cuáles son las leyes que rigen y los organismos a los que habría que cursar la reclamación, es decir, un proceso largo y en muchas ocasiones infructuoso.
Si se trata de una empresa con establecimiento permanente en España, el cliente puede dirigir la reclamación a los organismos de consumo. En el supuesto de estar ubicada en un país de la Unión Europea se puede cursar a través del Centro Europeo de Información al Consumidor.