Hace tan sólo unas horas, nuestro interlocutor, Oriol Rusca, decano del ICAB, tomaba el relevo a Abel Pie, decano del Colegio de Manresa, al frente del Consell de l’Advocacia Catalana. “Vivimos con intensidad la pasada noche electoral del 20D, lo importante es que haya Gobierno pronto y no se alargue la situación como la que vivimos ahora en Catalunya. Solo desde un Ejecutivo estable se puede pensar en impulsar un Pacto de Estado por la Justicia”, afirma. Para los 14 Colegios de Abogados que configuran el Consell, al igual que hace unos días las cuatro asociaciones judiciales más representativas que han hecho un frente común para defender los intereses de los jueces españoles, ese Pacto de Estado es fundamental para situar a la administración de justicia en el siglo XXI. “La Justicia tiene que ser una prioridad para cualquier Gobierno porque es uno de los tres pilares del Estado de Derecho. Sin ella, nuestra democracia está en serio peligro”, advierte. Abogados catalanes y magistrados coinciden en la necesidad de consenso y estabilidad de las leyes esenciales frente al parcheo actual. “Cada norma que se redacte debería contar con una memoria económica y estructurarse en torno a un modelo de justicia que ahora no sabemos cuál es. Lo ideal sería empezar con los cambios ahora para tener toda la legislatura para realizarlos de forma coherente”; opina Rusca. Desde su punto de vista la labor del Ministro de Justicia, Rafael Catalá, que sustituyó sobre la marcha a Alberto Ruiz-Gallardón ha sido buena “creo que un profesional de estas características sería ideal como Ministro en una cartera tan compleja”; afirma.
Decano Rusca, Usted toma posesión del Consell de l’Advocacia Catalana, diez días antes que Lexnet llegue por mandato legal al mundo de la justicia ¿Cómo ve la llegada de la innovación tecnológica a la justicia?
Estamos de acuerdo en llegar al papel cero que quiere el Ministro Catalá. Lo que vemos complicado es que se logre de manera uniforme en el Estado español. Creo que la abogacía ha colaborado con él en esta iniciativa, en la creemos necesaria para que la administración de Justicia dé el salto cualitativo que necesita.
Este tipo de sistemas de gestión procesal deben ser lo suficientemente flexibles para que se incorporen todos los actores jurídicos implicados en el proceso judicial. Lo fundamental es que funcione como un reloj para que no existan problemas en las notificaciones ni riesgos jurídicos importantes que afecten a derechos fundamentales de los ciudadanos.
En este contexto tecnológico impulsado por mandato legal, desde el CGAE se ha impulsado la aplicación Lexnet Abogacía para ayudar al abogado a ese cambio de forma de trabajar...
Es cierto, hemos creado Lexnet Abogacía como una herramienta más para que el abogado se adapte al nuevo entorno de trabajo, ahora más tecnológico que nunca. A la vez, el propio letrado puede acceder via Ministerio de forma directa. Lo importante es dar ese salto con garantías donde las notificaciones se envíen y reciban bien, cuestión que ayudará a agilizar a medio plazo nuestra justicia.
Lo que si llama la atención la buena relación existente entre Consell y Generalitat de Catalunya en los últimos años. ¿Cómo han logrado convencerles que la justicia es una prioridad?
En nuestro caso, tanto desde el Consell como desde el propio ICAB las relaciones con las Consellerías de Justicia e Interior han sido buenas. Son importantes las personas que estén al frente de ellas, pero al mismo tiempo también qué prioridades tengan.
Creo que el diálogo existe entre ambas partes y desde esta situación hemos podido explicarles a los últimos Consejeros lo importante que es la Justicia Gratuita en Catalunya, un servicio que va directamente a las personas que menos tienen y más ayuda necesitan.
A nivel del Turno de Oficio, los pagos son mensuales, pese a que la ley dice que tendrían que ser trimestrales. De cara al 2016 hemos conseguido un aumento del 1,25% de todos los baremos, con lo que consolidamos el leve ascenso del presupuesto en esta práctica tras varios años de recortes importantes.
Sobre la labor de Abel Pie, su antecesor ¿Qué nos puede destacar?
Estamos muy orgullosos del trabajo que ha hecho Abel Pie y su equipo de trabajo. Durante su mandato se paralizó la nueva ley de demarcación y planta que preveía la eliminación de los juzgados comarcales o la de sacar adelante una Ley de Segunda Oportunidad para las personas.
Al mismo tiempo se consolidó el modelo de Oficinas de Intermediación Hipotecaria gestionadas por los Colegios de Abogados de todo el territorio, para evitar desahucios, así como la colaboración con entidades sociales como la Mesa del Tercer Sector para asesorar personas en riesgo de vulnerabilidad.
Ahora, también hay que mencionar que el Consell también forma parte del Comité de Acogida a Refugiados, creado por el Gobierno catalán, para asesorar en temas de peticiones de asilo.
¿Qué objetivos más destacados se ha marcado Oriol Rusca para este mandato que empieza ahora al frente del Consell?
Hay muchas ideas, pero puedo destacarle los tres más importantes. En primer lugar, una necesaria reestructuración interna del propio Consell para que sea más efectivo de lo que es en la actualidad. Al mismo tiempo, somos conscientes que este organismo debe tener un protagonismo importante en el citado Pacto por la Justicia que ya le comenté.
Seguiremos trabajando para que las tasas judiciales dejen de ser un problema para las pymes, como lo son ahora en estos momentos. Y a nivel más estratégico, de cierto corte internacional queremos colaborar en la defensa de los derechos humanos de los abogados y en evitar que muchos compañeros paguen con su vida su actividad profesional. Solo durante el año pasado murieron 500 abogados por defender los derechos de terceros, dato escalofriante.
¿Son buenas relaciones del Consell con el CGAE, órgano de representación de todos los Colegios de Abogados de España?
Creo que sí. Espero que en esta nueva etapa en la que presido el Consell sean igual de buenas o mejores. Hay muy buena colaboración mutua entre instituciones. Tenga en cuenta que todos estamos luchando por lo mismo: lograr una mejor justicia y ofrecer un mejor servicio a los ciudadanos.
Respecto a las elecciones a la presidencia del CGAE ¿Cuál va a ser el papel del Consell? ¿Habrá liberta de voto para cada decano?
El Consell de l’Advocacia Catalana no ha tenido nunca un voto único. Realmente los que votan son los catorce decanos, uno por colegio que lo integran. En estos temas los decanos acostumbramos a ser muy serios y votar en función del programa que se nos presente. Tanto el contenido del propio programa como la confianza en cómo se ejecutará será clave en estos comicios del próximo 14 de enero.
Será una votación muy reñida dada la calidad de los cuatro candidatos. Por el Consell ya han explicado su programa Fco Javier Lara, decano de Málaga; Marcos Camacho de Jerez y próximamente escucharemos a Victoria Ortega, decana de Santander y al propio Pere Huguet, decano de Reus.
¿Cuál debería ser el perfil del próximo presidente del CGAE que saliera de las próximas elecciones que estamos comentando?
Debemos elegir al candidato que tenga más claro lo que es el CGAE y qué funciones desempeña el presidente en su seno. Es importante dejar claro que el Consejo no debe asumir roles que ya son propias de los decanos.
El CGAE tiene que tener claro su función de servicio al Colegio y no al Colegiado. Y centrar mucho su función, a nivel de representación y coordinación. Lo importante es que se convierta en un lobby de influencia a nivel exterior, con aportaciones importantes a diferentes propuestas legislativas.
Los 83 Colegios de Abogados que hay ahora, ¿seguirán presentes en los próximos años?
Espero que se mantengan. Todos tienen su justificación y no nacen por generación espontánea. Todos nacen en el seno de su propia sociedad y dan sentido a su municipio. Eso hace que en Cataluña existan catorce Colegios y en Andalucía, otros once. Luego, lo importante es que se coordinen bien.
¿Debe mantenerse el esquema de un Colegio, un voto... o ser proporcional, en función de la cantidad de colegiados que tenga cada entidad colegial?
Hay que modificar el sistema y tiene que ser proporcional en función de la representatividad de cada colegio. Eso haría que los votos de cada entidad colegial fueran ponderados en función de esa representatividad democrática de la que hablamos.
No tiene sentido que sólo se tenga en cuenta estos parámetros a nivel de contribución económica que cada Colegio hace al CGAE. A nivel de decisiones tendría que ser igual, sin que por ello quiera menospreciar a ningún colegio.
A nivel del CGAE, ¿son necesarios cambios para que el Consejo sea más transparente y se conozca realmente lo que se hace allí?
Es posible que así sea. Dicho esto, destaquemos la gestión de Carlos Carnicer en estos últimos catorce años como presidente del CGAE. En este tiempo, la sociedad y la abogacía han cambiado mucho y eso tendrá que tenerlo en cuenta el nuevo presidente que salga de las urnas el próximo catorce de enero. Creo que todos los candidatos al CGAE tienen claro que debemos optar al Consejo del siglo XXI. Veremos, al final, como se cristaliza.
¿Podrán en el futuro los abogados elegir directamente al presidente del CGAE en el futuro?
Inviable no hay nada. Lo que sí tiene que quedar claro es la función de cada uno. Los Colegios de Abogados representan a sus abogados en su territorio de circunscripción. De forma paralela se crean los Consejos Autonómicos y el propio CGAE para una mejor coordinación de estas entidades.
Creo que este sentido instrumental del Consell y de los Consejos no se debería perder. Sobre la forma de elección del presidente del CGAE, a mí me parecería cualquiera correcta. La actual es buena, como poder buscar un sistema mixto en que abogados y decanos eligieran al nuevo responsable del Consejo.
Por último, ¿Un deseo para este 2016 que está a punto de llegar que quiera pedir y que se haga realidad?
Sobre todo quiero pedir que se genere mucha empatía entre todos nosotros. Si lo logramos, estoy convencido que todo funcionará mejor alrededor de nosotros. Es fundamental ponerse en el lugar del otro y defender tus intereses sin perder de vista los de los demás. De esta forma seríamos una sociedad mucho más feliz.
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