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Belén Escudero

Madrid, 25 sep (EFE).- Muchas comunidades de vecinos verán este invierno sus cuentas bajo cero por las subidas exponenciales de los combustibles de sus calefacciones centrales, de ahí que numerosas se planteen retrasar el encendido o recortar horas, e incluso algunos propietarios se pregunten si pueden desvincularse de este servicio común

Los vecinos de estas comunidades con calderas colectivas buscan salidas y cómo evitar las cifras estratosféricas que una y otra vez se advierte que tendrán que pagar con el encarecimiento del gas. La más deseada es que el Gobierno les permita acogerse al mercado regulado y dejar de tener que acudir al libre, como así lo han reclamado los administradores de fincas.

Según ha asegurado a Efe el tesorero del Consejo General de Colegios de Administradores de Fincas de España (Cgcafe), Peio Mendia, muchas comunidades de propietarios "no van a poder asumir las facturas energéticas, y esto conllevará una reducción de temperaturas que repercutirá negativamente en la salud de los vecinos/as e incluso, en determinados casos, supondrá tener que dejar de prestar el servicio de calefacción central".

DESVINCULARSE DE LA CALEFACCIÓN CENTRAL

Pero, ¿qué pasaría si uno de los vecinos no pudiera hacer frente a este desembolso y quisiera desvincularse de la calefacción central? ¿Lo puede hacer?.

Según Ana Bozalongo, de la comisión de legislación del Cgcafe, la ley no contempla la posibilidad de dejar de contribuir al pago de los servicios comunes, entre ellos la calefacción central, por falta de recursos de los propietarios.

La única salvedad -precisa- sería que los estatutos lo contemplen en casos concretos, o bien que se adoptase un acuerdo comunitario colectivo, por las tres quintas partes de propietarios, que recogiera explícitamente la exoneración de quienes deseen poner un sistema individual de calefacción.

En ese caso, según la especialista, los gastos de la desinstalación que se tenga que acometer en el exterior de la vivienda correrían a cargo de todos los propietarios, pero los que haya que hacer en su interior los debería abonar el vecino en cuestión.

Por tanto, la posibilidad de renuncia de la calefacción o exclusión del gasto, según Bozalongo, "es absolutamente restrictiva con arreglo a la normativa actual".

¿Y si no es solo un vecino, sino toda la comunidad la que quiere cambiar la calefacción central por otro sistema individual?. La experta asegura que como se trataría de suprimir un servicio común de interés general debería adoptarse también conforme a la mayoría cualificada de 3/5 partes del total de los copropietarios y de sus cuotas de participación.

De alcanzarse esa doble mayoría, los propietarios podrían decidir libremente instalar en sus casas cualquier sistema individual de calefacción.

La retirada de la caldera y de las conducciones generales sería un gasto común a distribuir entre todos los propietarios, mientras que la eliminación de los radiadores y conducciones privativas de las viviendas sería un gasto individual.

Estas 'soluciones", según se apunta desde las administraciones de fincas, pueden resultar caras, máxime teniendo en cuenta que muchas comunidades están instalando desde 2020 repartidores de costes, unos dispositivos que se colocan en los radiadores para medir el consumo individual y que permiten que cada vecino pague por lo que consume y no por coeficiente de participación en la comunidad.

Antes de mayo de 2023 todas las comunidades de edificios con sistemas de calefacción central construidos antes de 1998 tendrán que haberlos colocado.

CALEFACCIÓN CENTRAL CON CONTADORES INDIVIDUALES

Según el director de Aercca (Asociación Española de Repartidores de Costes de Calefacción), Ignacio Abati, son unas 400.000 viviendas (un 25 % del total de 1,6 millones de viviendas en toda España) las que han realizado la instalación.

Estos vecinos, según Abati, "tendrán las ventajas de la calefacción central al ser un sistema más eficiente que permite que los gastos fijos (mantenimiento de los equipos o renovación) se repartan entre la comunidad, y de la individual porque podrán gestionar libremente la calefacción en su hogar y pagando únicamente por lo que consumen".

El 95 % de las comunidades que instalan repartidores lo hace en modalidad de alquiler por 3,5 euros al mes por vivienda, y si combinan el sistema con válvulas termostáticas para regular la temperatura de cada radiador serían unos 7 euros. La instalación de estos dispositivos puede permitir ahorrar, según las estimaciones, hasta un 30 % de la factura anual de calefacción.

Sea con contadores individuales o sin ellos, lo primero que recomienda Noelia Mochales, vicepresidenta tercera del Colegio de Administradores de Fincas de Madrid, es celebrar juntas de propietarios, decidir las cuotas a pagar los vecinos y posibles derramas.

Revisar las instalaciones, optimizarlas y si es necesario cambiar la caldera comunitaria por una más eficiente y los radiadores si son viejos, y en la medida de lo posible instalar repartidores de costes.

Moderar a 19-21 grados las casas y decidir horarios reducidos, así como poner sondas o sistemas que hagan que se encienda la calefacción cuando sea totalmente necesario. 




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