El EBITDA es uno de los indicadores financieros más famosos (sino el que más) y utilizados a nivel global. Entre otras cosas se utiliza como complemento a la hora de calcular una valoración de empresa (múltiplos del mercado) o a veces incluso como único método.
Pero, ¿es en realidad una buena medida de la capacidad de generación de un negocio? Si analizamos el EBITDA, básicamente se trata del resultado de explotación sin tener en cuenta gastos que no implican desembolso de dinero (como amortizaciones) ¿esto da una idea de lo que genera una empresa? Pues sí y no.
Los flujos de caja
El EBITDA tiene un gran punto a favor y es su simplicidad. Se saca rápidamente de cualquier cuenta de resultados y lo simple está bien, pero si queremos rigor no debemos quedarnos ahí. ¿Qué ocurre por ejemplo si solamente he vendido 100.000 euros, pero solamente he cobrado la mitad? En ausencia de gastos, mi EBITDA en este caso sería de 100.000. ¿el negocio tiene capacidad de generación de 100.000? No, de momento solamente de 50.000.
Dicho de otro modo, ¿valorarías lo mismo una empresa que venda 100.000 y lo cobre todo y otra que solo cobrase la mitad? ¿y un negocio que necesite cada dos años 20.000 euros de inversiones para funcionar será igual que otro que no necesite nada aunque generen lo mismo en cuenta de resultados?
Capital circulante – Working capital
Ahí es donde entran en juego los conceptos de Flujos de Caja en todas sus variedades. El más importante es el flujo de caja libre, que es el que incluye aspectos propios del negocio en si y no solo de su actividad productiva. Los dos principales elementos que se añaden a medidas de cuenta de resultados como EBITDA u otras son las inversiones en capital circulante (working capital) y en capital fijo (CAPEX)
Sin entrar en fórmulas matemáticas más o menos complejas, detengámonos en lo que genera un negocio (resultado de explotación) Ya sea venta de jarrones por Internet, servicios de arquitectura o cualquier otro negocio, tendrá unos ingresos y unos gastos y le darán un resultado. Sobre ese resultado tendrá que pagar un impuesto sobre beneficios. Una vez descontado eso, tendríamos una especie de “resultado neto” de la actividad. Pero hay ciertos gastos que no implican desembolso de fondos (como las amortizaciones) Por tanto a ese resultado neto le sumamos esos gastos que no requieren desembolso y ya tendríamos el EBITDA (hay algunos matices a esto, pero a grandes rasgos así es)
Ese EBITDA supone que hemos cobrado y pagado todo, cosa que al 99,99% no va a ser cierta. Para determinar eso, observaremos los cambios en el balance respecto al año anterior ¿Cuánto ha aumentado mi inventario? ¿tengo más facturas pendientes de cobro? ¿y pendientes de pago? Obviando el inventario, si he aumentado el importe pendiente de cobro y los importes pendientes de pago a proveedores son los mismos que en el año anterior, ¿mi negocio es mejor o peor? Peor. Estas variaciones del capital circulante son fundamentales a la hora de valorar un negocio.
Capital fijo – Capex
Una vez tenido en cuenta estas variaciones del working capital, habrá que ver las variaciones de CAPEX (capital expenditures, inversiones en bienes de activo fijo, para producir) Si de un año a otro, todo lo que ha generado el negocio con sus resultados lo ha invertido en comprar bienes de equipo, ¿Cuánto ha generado? 0. Esto también puede tener el signo contrario, una empresa que se esté dedicando a desinvertir tendrá unas variaciones de CAPEX que sumarán a su capacidad de generación.
Esta capacidad de generación teniendo en cuenta tanto aspectos de cuenta de resultados como de balance es la verdaderamente importante de un negocio. Y así debería ser tanto para análisis presentes como para previsiones futuras y valoraciones de empresas. Sin perjuicio de que EBITDA pueda ser útil por su simplicidad para análisis preliminares o ciertas comparativas.
Resumen de conceptos tratados:
- EBITDA: Es un indicador financiero ampliamente utilizado para calcular la valoración de una empresa pero realmente no refleja completamente su capacidad real.
- Los flujos de caja son fundamentales para comprender la generación real de un negocio.
- El capital circulante se refiere a las inversiones necesarias para el funcionamiento diario de la empresa, mientras que el capital fijo se relaciona con las inversiones en activos fijos para la producción. Ambos aspectos deben tenerse en cuenta para evaluar la capacidad de generación de una empresa de manera más precisa que el EBITDA.
Daniel Borrachero Tamame