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  • La llegada del esperado Black Friday y de la Navidad, unido al cambio en los hábitos de consumo y el afán por ahorrar, convierten a Internet en el escaparate perfecto para los falsificadores. 
  • Cerca del 20% de los consumidores asegura haber adquirido una falsificación sin darse cuenta, según datos de Smart Protection.
  • El 2 de diciembre la Comisión Europea publicará la propuesta de la nueva normativa que regulará derechos y obligaciones de los distintos actores en el comercio electrónico

La Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) y la Asociación para la Defensa de la Marca (Andema) consideran “alarmante” el incremento de la oferta de falsificaciones por Internet y recomiendan a los consumidores españoles que estén alerta durante los próximos meses a la hora de adquirir ofertas o promociones online. 

“La tormenta perfecta para la proliferación de falsificaciones en el mundo digital se da a partir de la concurrencia de tres factores: el aumento del consumo en Black Friday y las Navidades, el incremento del comercio electrónico y el afán de ahorrar en las compras en un contexto de crisis económica”, asegura José Antonio Moreno, director general de Andema.

Ante un escenario sin precedentes, para CECU es fundamental que el consumidor minimice riesgos acudiendo a comercios y webs de confianza, que evite dejarse llevar por precios demasiado bajos y que preste atención a los detalles, como que las instrucciones y descripción del artículo estén en español o, si es una web desconocida, que venga clara la información de la empresa que lo vende y que facilite varias formas de pago. De acuerdo con los datos extraídos de un estudio de Smart Protection, start-up tecnológica especializada en la protección de marcas online, cerca del 20% de los consumidores asegura que alguna vez ha adquirido una falsificación sin querer.

Según Fernando Móner, presidente de CECU: “el consumidor tiene que ser consciente de que comprando productos falsificados no solo está perjudicando a una economía en recuperación, sino que puede poner en peligro su seguridad y la de los suyos. Las falsificaciones son peligrosas porque no pasan ningún control en su fabricación e incumplen los requisitos de seguridad, composición y etiquetado de los productos puestos a disposición de los consumidores. Entre los riesgos detectados están la intoxicación por inhalación, irritación ocular o dermatitis (productos cosméticos o perfumes falsos), asfixia o estrangulamiento (prendas textiles destinadas a menores o juguetes), alergias o toxicidad por presencia de metales tóxicos (joyería y bisutería) o descargas eléctricas e incendio (productos eléctricos y electrónicos), por citar solo algunos de los supuestos más usuales.

El 97% de los productos falsificados o inseguros identificados en la base de datos RAPEX (Rapid Alert System) supone un riesgo grave para la salud y la seguridad del consumidor. “Los juguetes, perfumes o artículos electrónicos como los móviles son los productos estrella de esta época y, si son falsificados, el impacto en nuestra salud y seguridad es tremendo. Meter un riesgo en casa no es un acto de consumo responsable.”, asegura Móner.

La Digital Services Act, la oportunidad de crear un entorno de comercio online justo y seguro

“La pandemia ha roto de forma brusca y para siempre algunos patrones de consumo y nos encontramos con que el consumidor, no solo compra a través de webs comerciales o los conocidos como marketplaces, sino que se han intensificado las ofertas de productos a través de las redes sociales. Según los expertos, hemos alcanzado en 6 meses un nivel de digitalización que se esperaba tener dentro de 5 años, y esto ha dejado en evidencia el profundo desequilibrio entre las responsabilidades de los diferentes actores que intervienen en el comercio electrónico”, destaca José Antonio Moreno.

De acuerdo con Smart Protection, el 42% de los consumidores cree que un producto es auténtico si se vende en un marketplace, “pero no siempre es así y el consumidor tiene derecho a saber lo que está comprando”, señala el presidente de CECU.

En diciembre, la Comisión Europea publicará la propuesta de la nueva normativa que regulará derechos y obligaciones de los distintos actores en el comercio electrónico – la Digital Services Act (DSA)-, que actualizará, entre otras, la Directiva de Comercio Electrónico de 2000 y se aplicará en toda la Unión Europea sin necesidad de incorporarla a las normativas nacionales.

Tanto para Andema como para CECU, la DSA debe dar respuesta a la creciente preocupación por la falta de responsabilidad de las plataformas de comercio online en la persecución de falsificaciones en sus páginas, introduciendo reglas y obligaciones sobre la eliminación de contenido ilegal, la verificación de los datos del vendedor o la información a los consumidores cuando han adquirido un producto falsificado o ilegal.




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