La (i)licitud de la marca de un partido político indio con la bandera española
El reciente lanzamiento de la bandera del partido político Tamilaga Vettri Kazhagam (TVK) en la India, fundado por el actor Vijay, ha provocado una serie de reacciones debido a su notable similitud con la bandera nacional de España, según se ha podido saber por As. Esta bandera presenta una combinación de colores y disposición muy parecida a la de la bandera española: dos franjas rojas y una amarilla en el centro, a las que se han añadido dos elefantes. El uso de esta simbología por parte de un partido político extranjero plantea un interesante desafío jurídico y diplomático, ya que podría interpretarse como una infracción al Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial, al que tanto India como España están suscritas.
Para comprender la controversia en torno a la bandera del TVK, es fundamental analizar el rol que juegan los emblemas nacionales en el Derecho Internacional y, específicamente, en el marco de la protección de la propiedad industrial. Los emblemas nacionales, que incluyen banderas, escudos de armas y otros símbolos oficiales, no solo representan la soberanía y la identidad de los Estados, sino que también tienen un valor emblemático y patrimonial que los distingue en el concierto internacional. Por esta razón, el uso no autorizado o la imitación de estos símbolos puede interpretarse como una falta de respeto o, en casos más graves, como un intento de apropiación indebida de la identidad nacional.
El Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial, adoptado el 20 de marzo de 1883 y revisado en varias ocasiones, constituye uno de los pilares fundamentales en la protección internacional de estos emblemas. En su artículo 6 ter, el Convenio establece que los Estados parte se comprometen a "rehusar o anular el registro y prohibir, con medidas apropiadas, la utilización, sin permiso de las autoridades competentes, bien sea como marcas de fábrica o de comercio, bien como elementos de las referidas marcas, de los escudos de armas, banderas y otros emblemas de Estado de los países de la Unión, signos y punzones oficiales de control y de garantía adoptados por ellos, así como toda imitación desde el punto de vista heráldico". Este precepto no solo protege los emblemas nacionales contra el uso no autorizado, sino que también prohíbe las imitaciones que puedan generar confusión o menoscabar la dignidad de estos símbolos.
En este contexto, correspondería a la embajada española en la India tomar la iniciativa y solicitar formalmente explicaciones al respecto, además de requerir el rechazo del registro de esta bandera como marca o emblema de un partido político. La legislación internacional, en particular el artículo 6 ter del Convenio de París, prohíbe el uso no autorizado de emblemas nacionales y otras imitaciones desde el punto de vista heráldico, precisamente para evitar que símbolos tan significativos como las banderas nacionales sean utilizados sin el debido respeto o para fines que puedan desvirtuar su significado.
Sin embargo, la situación actual evidencia una aparente indiferencia por parte de las instituciones del Estado español hacia la protección de su bandera. La falta de un pronunciamiento claro o de acciones por parte de las autoridades españolas, como en el caso reciente de la ausencia de la bandera española en el acto de toma de posesión de Salvador Illa como nuevo presidente de la Generalitat de Cataluña, ilustra una tendencia preocupante hacia la desprotección de uno de los símbolos más importantes del país.
El hecho de que la embajada española en la India no haya tomado medidas inmediatas ante la aparición de esta bandera similar a la española podría interpretarse como una falta de interés o de acción en la defensa de los emblemas nacionales. Esta pasividad no solo afecta la percepción de España en el ámbito internacional, sino que también puede ser vista como una dejación en el cumplimiento de sus obligaciones bajo el Convenio de París. La normativa internacional es clara en cuanto a la protección que deben recibir las banderas y otros emblemas de los Estados parte; sin embargo, esta protección requiere de acciones proactivas por parte de los Estados para solicitar la aplicación de estas normativas y evitar así el uso indebido de sus símbolos.
Además, la falta de reacción por parte de las instituciones españolas contrasta con la importancia que muchos países otorgan a la protección de sus emblemas nacionales. En otros contextos, una situación como la planteada por la bandera del TVK habría desencadenado respuestas rápidas y firmes por parte de las autoridades diplomáticas correspondientes, así como un rechazo inmediato del registro del símbolo cuestionado. Sin embargo, en este caso, parece haber una desconexión entre lo que la normativa internacional permite y lo que las instituciones españolas están dispuestas a hacer para proteger sus símbolos.
Este escenario abre una reflexión sobre la necesidad de una mayor conciencia y acción por parte de las autoridades españolas en la defensa de su bandera. La importancia de los emblemas nacionales no radica únicamente en su valor simbólico, sino también en lo que representan en términos de soberanía, identidad y respeto en el ámbito internacional. Permitir que un símbolo tan representativo como la bandera española sea utilizado sin autorización o protección adecuada debilita su significado y podría tener implicaciones negativas para la imagen de España en el mundo.
En definitiva, la controversia en torno a la bandera del TVK no solo subraya la necesidad de una acción diplomática por parte de la embajada española en la India, sino que también pone de manifiesto una tendencia preocupante hacia la indiferencia en la protección de los símbolos nacionales. Las autoridades españolas deben reevaluar su postura y tomar medidas más firmes y proactivas para asegurar que sus emblemas reciban la protección y el respeto que merecen, tanto en el ámbito nacional como internacional. Esto no solo contribuirá a preservar la dignidad de la bandera española, sino que también fortalecerá la posición de España como un Estado que valora y protege sus símbolos más importantes.
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