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  • Después de trece años como abogada en Real Estate asume esta nueva competencia en esta firma emergente multinacional
  • Su cometido se centra ya en coordinar las áreas de práctica del despacho en sus relaciones con los clientes y también mantener un trato fluido con los medios informativos: “Ahora las reuniones con las diferentes jurisdicciones son continuas y necesarias para poder trabajar en esta nueva dimensión profesional” indica Armijo.

De negociar operaciones cuantiosas en Real Estate a ser la coordinadora de marketing y desarrollo de negocio de la firma Ashurst en España, quizás la filial más rentable del despacho anglosajón en el mundo. Ese es el giro de ciento ochenta grados que Ana Armijo acaba de dar a su carrera profesional. Para esta experta en inmobiliario, una de las abogadas más antiguas de la firma había llegado el momento de dar un cambio “Cuando ya eres madre y tienes tres hijos no es sencillo seguir el ritmo que otros abogados y la salida de Marta Foncillas a CMS Albiñana me sirvió para plantear a la dirección del despacho reconvertirme y dirigir la parte de marketing y desarrollo negocio. La verdad es que el reto es importante, pero a mi favor cuento con que conozco a los abogados y al propio Ashurst casi desde sus inicios”, comenta esta letrada de quien Gonzalo Jiménez Blanco, head of Spain del bufete alaba su capacidad de trabajo y don de gentes.  “En Londres tenemos separado lo que es PR, de Marketing o Design en departamentos separados pero que trabajan conjuntamente. Nos ayudan en nuestro trabajo actual, en cuanto a nuevas ideas. Es fundamental que la dirección del despacho apoye la labor de los expertos en marketing y comunicación de la firma y que siempre tengas un plan definido, como el Business Plan nuestro dónde nos hemos fijado una serie de objetivos, que se vincule a la estrategia del despacho”, señala.

De hacer operaciones...

Trece años después de intenso trabajo profesional han servido a nuestra protagonista, Ana Armijo, abogada especializada en Real Estate para hacer un profundo cambio profesional en su propia trayectoria.  Para esta abogada, ha sido un periodo profesional muy intenso donde el trato ha sido muy bueno al profesional del bufete. Sus inicios fueron duros, sobre todo porque los planes de estudio de aquel momento no estaban muy conectados con la realidad de los despachos. Eso sí, a trabajo y disponibilidad horaria la generación de Ana siempre estaba dispuesta a resolver cualquier tema. “Me incorporé en septiembre del 2002, cuando la firma abrió a finales del 2000. En aquel momento éramos once abogados. Siempre tuve claro que iba a trabajar en un despacho. Yo fui de la que hice Derecho por vocación clara. Tras mis estudios de ICADE, tuve dos ofertas, una de Allen & Overy y otra de Ashurst y al final me decanté por ésta, tras hablar con Pedro Ester, socio de mercantil que había entrado un año antes que yo a la firma. Me animó mucho; había una curva de crecimiento enorme como se ha visto con los años y el contacto con los asuntos para todos los letrados era siempre muy directo”, indica.

Su especialización vino propiciada por la ampliación del negocio. Llegaba Hines, gran cliente norteamericano del sector que había logrado captar Cristina Calvo, otra de las abogadas más emblemáticas de Ashurst. “Fue el momento de contactar más directamente con el negocio. La cuenta crecía y hacían falta profesionales de apoyo. A lo largo de los años he participado en proyectos desde que se tenía el solar hasta su posterior construcción y venta” subraya. Nuestra interlocutora coincide con nosotros en que este sector es el termómetro de la economía y que ahora ya se vislumbra la salida de la crisis con diferentes operaciones que se han realizado en los últimos meses. “Nosotros nos adaptamos a la crisis bien. Fuimos el primer despacho que hicimos compra venta de cartera de créditos de impagados y muebles adjudicados. Al mismo tiempo muchos fondos americanos que llegaron a nuestro país fueron clientes nuestros como Cerberus o Enterbrich, entre otros. Ahora se han hecho operaciones de centros comerciales y oficinas, entre otras. Gracias a este trabajo de asesor legal puedes conocer todo el ciclo del inmueble, un trabajo gratificante para cualquier profesional que esté inmerso en ello”, indica.

Aprovechamos la coyuntura para pedirle algún consejo, sobre todo de cara a que esa operación comercial que se lleva a cabo cristalice y se cierre, Ana sabe que ha habido algunas que no han cuajado al final por diversas circunstancias: “lo fundamental es que comprador y vendedor tengan claro que quieren ir adelante y lo hagan con transparencia sin recurrir a ninguna artimaña que desanimará a la otra parte. En otras ocasiones, sucede que se intenta hacer este tipo de operación sin tener la financiación cerrada de la misma. Por último, pueden surgir vicios ocultos, nos pasó con un Centro Comercial en Barcelona que tenía filtraciones de agua y sus cimientos no eran muy sólidos. En definitiva, si hay desacuerdos importantes entre las partes, la operación al final no cuaja”, subraya. Sobre el poder de los inversores chinos que llegan a Europa para hacer operaciones interesantes, nuestra interlocutora es prudente “habrá que ver realmente si al final se posicionan como quieren y si se adaptan al mercado europeo y sus condiciones”, resalta.

...a dirigir el marketing de Ashurst

Y con este mes de febrero, ha llegado el giro profesional a la carrera de Ana Armijo. Dirigir el área de Desarrollo de Negocio, Marketing y Comunicación de Ashurst “es un cambo pedido en el que pretendo dar lo mejor de mí misma. En mi haber, el conocimiento del sector. Creo que la mejor publicidad te lo da el trabajo bien hecho. Todavía el boca a boca es muy importante para que determinados clientes te presenten a otros”.  Ahora su cometido se va a centrar en coordinar las áreas de práctica del despacho en sus relaciones con los clientes y también mantener un trato fluido con los medios informativos, de cara a que alguna de esas operaciones de la firma pueda ser noticiable. “Ahora las reuniones con las diferentes jurisdicciones son continuas y necesarias para poder trabajar en esta nueva dimensión profesional.“Creo que una de las claves de nuestro crecimiento es, además de la excelencia técnica de nuestros profesionales, la empatía que nuestros abogados logran con clientes. Muchos de nuestros profesionales conocen muy bien el mundo de la empresa y el sector en el que se mueven esas empresas. Al final es una relación más de partner que de abogado y empresa. A veces nos dicen ¿Tú qué harías en estos momentos?”, advierte.

Desde su punto de vista, una firma como Ashurst tiene su forma particular de entender el marketing jurídico “En el 2003 se podría hablar mejor de rebranding; el nombre se simplificó y se quedó en Ashurst. Sus letras quedaron redondas, como están ahora con cierta singularidad en el propio logo. Y luego está el colorido, creo que nos recuerdan por nuestros colores corporativos que emanan mucha alegría. Se trataba de indicar que la firma estaba abierta a todas las industrias, nuevas tecnologías o clientes jóvenes. Queríamos dejar claro, y creo que lo hemos logrado, que entendemos las necesidades de los clientes, sean las que sean”, explica Ana.  En la actualidad, se compagina ese logo corporativo en gris oscuro, sin embargo, en nuestras tarjetas de visita, catálogos y en las propuestas que hacemos se mantiene una banda por debajo del logo donde siguen apareciendo diferentes colores: verde o fresco; anaranjada o warm, cool o azul y la roja. Las imágenes de nuestros folletos y propuestas siempre reflejan gente o momentos desenfadados que nos diferencian de la competencia”, comenta.  De la eclosión de las redes sociales, se queda con Linkedin, un canal interesante para su desarrollo de negocio; para captar talento Twitter y Facebook pueden ayudar. “Aun salir en la prensa económica o jurídica es fundamental para esa captación de clientes futuros”, subraya.




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