lawandtrends canal de whatsapp

LawAndTrends



Sagrario Ortega

Madrid, 26 dic (EFE).-Alejo Vidal-Quadras, Álvaro Prieto, David Peregrina, Esther López, Elisa Abruñedo, los ocho niños de Colmenar Viejo... Son nombres propios que han ocupado las páginas de sucesos de 2023 en España, aunque la crónica negra más mediática se ha escrito a más de 10.000 kilómetros con otro nombre propio: Daniel Sancho.

Y a estos nombres se han sumado los de tres locales: el restaurante Burro Canaglia, en la madrileña plaza de Manuel Becerra, y el de las discotecas Teatre y la Fonda Milagros de Murcia, que sufrieron incendios mortales en el año en el que se conmemoraba el 40 aniversario de la mayor tragedia causada por el fuego en una sala de fiestas, la de Alcalá 20, donde murieron 81 personas.

La crónica más negra

Aunque el crimen no ocurrió en España, una crónica negra del año referida a nuestro país no puede obviar el caso de Daniel Sancho, que es obligado incluir aunque solo sea de pasada.

No fue el caso más mediático solo porque su protagonista fuera hijo y nieto de actores muy famosos, sino también por el lugar paradisíaco donde ocurrió -la isla tailandesa de Phangan-, por la truculencia en la muerte, con descuartizamiento incluido, y por la propia víctima.

Zapear en agosto -un mes habitualmente con pocas noticias- solo tenía un objetivo para muchos españoles: enterarse de la última hora del caso Daniel Sancho. Lo tuvieron fácil. No había programa mañanero y vespertino de televisión que no la contara.

Daniel Sancho recorrió los más de 10.000 kilómetros que separan España de Tailandia para encontrarse con el cirujano Edwin Arrieta, quien realizó un trayecto más largo -casi 17.000 kilómetros- para verse con el joven español.

Lo que pasó en la isla ya se ha contado mil veces. Y volverá a contarse porque en 2024 -en concreto desde el 9 de abril y hasta el 3 de mayo- Sancho será juzgado en Tailandia por un delito que en ese país está castigado con pena de muerte. Mientras, el joven permanece en prisión provisional en la isla de Samui.

Y ya que estamos fuera de España, un trocito de la crónica española de sucesos de este año se ha escrito en Brasil, donde el 23 de noviembre fueron acribillados a tiros en Porto Seguro el chef español David Peregrina y su mujer Érica da Silva Santos.

La investigación apunta a una venganza de un antiguo empleado del chef, ya que al parecer este se negó a entregar al presunto asesino la propiedad de parte del islote donde está el restaurante, como supuestamente le había prometido.

¿Quién encargó matar a Vidal-Quadras? 

9 de noviembre de 2023. Ese día era fiesta en Madrid, la Almudena, patrona de la ciudad. El cofundador de Vox Alejo Vidal-Quadras caminaba muy cerca de su casa, en la calle Núñez de Balboa, una zona donde precisamente su partido protagonizó protestas contra el Gobierno durante la pandemia.

Desde una moto, alguien -las autoridades judiciales y policiales creen que un francés de origen tunecino con muchos antecedentes- disparó al político. Afortunadamente, no le mató, pero Vidal-Quadras tuvo que estar dos semanas hospitalizado.

En un país sumido en una constante polarización, hubo quien pensó en un atentado con tintes políticos de índole "doméstico". Pero no. Parece que el encargo viene de fuera y la Audiencia Nacional ha decidido investigarlo como un delito de terrorismo por si el ataque procediera de una organización relacionada con el régimen iraní, dados los contactos de la víctima con la oposición de ese país.

Por ahora, un hombre está en prisión por estos hechos y otro y una mujer en libertad tras haber sido detenidos. ¿Quién apretó el gatillo? ¿Por orden de quién? La operación Tercio sigue.

La fatal muerte de un joven futbolista

Álvaro Prieto tenía 18 años, estudiaba Ingeniería y jugaba en los juveniles del Córdoba Club de Fútbol. Su desaparición, el pasado 12 de octubre, podría haber sido una más de las miles que se producen cada año y haber pasado desapercibida, como cientos de ellas.

Pero enseguida se constató que podría ser un caso de riesgo y comenzó una intensa búsqueda que trascendió a los medios.

Álvaro había ido el día anterior desde Córdoba a Sevilla para pasar la noche con amigos e iba a volver en el AVE esa mañana del día 12. Se agotó la batería de su móvil, no encontraba su billete e intentó colarse.

Murió electrocutado por el contacto con la catenaria al subirse al techo de un vagón. Un cámara de RTVE recogió casualmente la imagen de su cuerpo encajado entre dos vagones.

El caso deja muchos interrogantes, desde los motivos por los que Álvaro no quiso cargar el móvil, como le ofrecieron en la estación, hasta por qué se tardó tanto en encontrar su cuerpo si murió ese mismo día, según reveló la autopsia.

Los mismos errores cuarenta años después

El 17 de diciembre se cumplían 40 años del incendio de la discoteca Alcalá 20 de Madrid. Meses antes de esta efeméride, en abril, un incendio en un restaurante italiano de Madrid dejó tres muertos y varios heridos. Ya en octubre, el registrado en dos discotecas vecinas en Murcia acabó con la vida de trece personas.

Ambos casos se están investigando, pero han puesto sobre la mesa la eterna pregunta cuando ocurren desgracias de este tipo: ¿Por qué no se cumple la normativa? Y esta otra: ¿Se controla su cumplimiento?

En espera de los resultados definitivos de las pesquisas, las deficiencias detectadas se parecen un poco a las de Alcalá 20: bloqueo de las puertas de emergencia, decoración altamente inflamable, inspecciones nulas....

Han sido dos incendios con importante repercusión en los medios y de los que se pueden extraer algunas lecciones. ¿Las aprenderemos?

Menores: las crónicas que nunca quisiéramos contar

Un año más los menores han sido protagonistas involuntarios de la crónica negra de 2023.

Y uno de los casos saltó el 29 de marzo cuando la Guardia Civil detuvo en Colmenar Viejo (Madrid) a un matrimonio por maltratar supuestamente a sus ocho hijos de entre 4 y 14 años. Sorprendió que el progenitor fuera un médico que ejercía en el hospital Gregorio Marañón.

Dicen los vecinos que los menores estaban siempre solos y que un día casi quemaron la casa. Una investigación judicial constató que los hijos malvivían en una habitación, tenían prohibido pisar el salón y eran castigados con maltrato físico o dejándoles en el patio a la intemperie. Por supuesto, faltaban mucho a clase.

Hoy su tutela la ejerce la Comunidad de Madrid.

Y dos sucesos muy parecidos sobrecogieron a los españoles. Uno ocurrió el 21 de febrero en Sallent (Barcelona). El otro el 19 de mayo en Oviedo. Dos hermanas de 12 años -gemelas en el primer caso, mellizas en el segundo- saltaron desde ventanas de sus respectivos inmuebles. Desde un tercero las primeras, desde un sexto las segundas.

En Sallent murió una de ellas. En Oviedo las dos.

Se han apuntado algunas causas para explicar sus muertes, como situaciones de acoso o problemas de identidad de género en uno de los casos. Y de nuevo se abrió el debate sobre el acoso en las aulas y cómo evitarlo. Pues eso, ¿Cómo?

Tarde o temprano, el que la hace la paga

No es el primer año que las fuerzas de seguridad resuelven crímenes casi olvidados por la opinión pública. No así por las familias de las víctimas y por los investigadores.

Casi diez años después de haber sido violada y asesinada, la Guardia Civil detuvo en octubre de este año al presunto autor de la muerte de Elisa Abruñedo, una mujer que entonces tenía 49 años y cuyo cuerpo desnudo fue hallado un 1 de septiembre de 2013 en Cabanas (A Coruña).

Fue encontrado con signos de agresión sexual y lesiones de arma blanca oculto entre unas zarzas cerca de su casa. Si el agresor se había "relajado" tras diez años, tuvo que sorprenderse cuando el 17 de octubre la Guardia Civil fue a buscarle.

Y mientras este viernes los niños de San Ildefonso cantaban la Lotería Nacional, la Guardia Civil daba cuenta de otra detención tras cuatro años de investigación. Tres arrestados por el crimen de un portugués cuyo cadáver apareció el 27 de diciembre de 2019 en un paraje del entorno del parque natural del Lago de Sanabria (Zamora).

¿Habrá justicia para Esther López?

Lo que no está resuelto, aunque para el instituto armado sí, es la muerte de Esther López, vista por última vez con vida el 13 de enero del año pasado y hallada muerta el 5 de febrero de ese mismo año en una cuneta en Traspinedo (Valladolid).

El principal investigado, Óscar S.M., volvió a comparecer ante la jueza que instruye el caso este mismo mes, pero quedó en libertad con medidas cautelares en espera de más pesquisas.

Mientras, la familia de Esther sigue reclamando que se haga justicia. 




No hay comentarios.


Hacer un comentario

He leido y acepto los términos legales y la política de privacidad