Muchos consumidores deciden realizar contratación de alquiler de apartamentos en Navidad y el Puente de Diciembre. Recientemente ha habido casos de fraudes relacionados con el alquiler de apartamentos turísticos. Por ello, es esencial tener en cuenta una serie de recomendaciones básicas y extremar las precauciones para que no se produzcan estos engaños. De hecho, en estas fechas nos ha llegado alguna consulta relacionada con presuntos fraudes.
Y es que, bajo una apariencia normal, puede estar detrás una presunta estafa.
La forma de actuar es la de realizar una publicidad de la supuesta vivienda a alquilar que se trata de un anuncio falso utilizando fotografías de otros anuncios.
En otros casos, también hay problemas con lo que realmente reciben los consumidores al alquilar uno de estos apartamentos turísticos. Se trata de apartamentos que aparecen publicitados exagerando sus cualidades y cuando llega el consumidor no tiene nada que ver la realidad con lo que nos habían anunciado a través de la publicidad.
Para evitar que los consumidores puedan estar siendo víctimas de un fraude, desde ASESCON hacen los siguientes consejos:
- Debemos desconfiar de los anuncios de viviendas en los que el precio del alquiler sea desproporcionadamente bajo.
- Igualmente, tenemos que mostrar debidas cautelas con anuncios en los que aparecen imágenes muy atractivas, en zonas muy turísticas y a precios excesivamente reducidos.
- Debemos comprobar que la persona que se dice arrendadora es realmente la dueña del piso o vivienda (por ejemplo consultando al registro de la propiedad).
- Verificar que la vivienda existe realmente. Para ello internet puede ser una herramienta valiosa.
- No fiarnos de los comentarios y opiniones de personas que hubieran alquilado anteriormente el inmueble. Seguramente sean mentira igualmente.
- No pagar la totalidad por adelantado. Así, aconsejamos entregar la mínima señal posible si esta se pide.
En el caso de ser un apartamento real, se recomienda revisar la vivienda para comprobar el estado de la misma.
También es conveniente guardar todo tipo de facturas, folletos publicitarios, contrato, etc. por si fuera precisa su aportación en una reclamación o denuncia.
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