Ana Márquez
Madrid, 28 oct (EFE).- En la capital de España ningún piso en alquiler ofertado en los portales inmobiliarios tiene un precio inferior a los 500 euros, a partir de ahí aparecen espacios de 25 metros cuadrados e incluso menos, y se alcanzan cifras que rozan los mil euros por estas mismas condiciones, mientras el precio por habitación sigue escalando.
"Imprescindible contrato de trabajo indefinido con un año"; "Tasa de limpieza de salida"; “Un mes y medio de fianza, más un mes de agencia”, son algunas de las peticiones en los anuncios para alquilar un piso, que se acompañan con imágenes de camas colocadas encima de los baños o con la lavadora junto a la almohada; una especie de tetris donde encajar una vida en veinte metros cuadrados.
Según el último informe publicado por Idealista, Madrid es la segunda ciudad más cara España para alquilar (17,7 euros/m2), por debajo de Barcelona (20 euros/m2).
En el mapa de Madrid hay 9 casas por debajo de los 600 euros; 40, por 700; 149, por 800; la situación alcanza hasta los mil euros cuando también se ofertan inmuebles de menos de treinta metros cuadrados y la advertencia de "vivienda unipersonal".
"LLevo tres meses buscando piso. Es un horror, no hay nada con unas mínimas condiciones por debajo de mil euros. Hay que dejarse más de la mitad del sueldo para poder vivir", relata Silvia a EFE, quien está buscando piso con su pareja, ambos con trabajo.
Patricia vivió durante dos años en una buhardilla en Lavapiés, pagaba 550 euros. La dejó a principios de este mes -para irse a vivir fuera de la M-30- y a los pocos días vio la nueva oferta del casero a 750 euros: "Era pequeña pero apañada, para lo que es el centro. Eso sí, antigua. Caía tierra del techo, he tenido ratones, si ponías la lavadora no podías abrir el grifo porque las tuberías no tienen fuerza. Es una locura que la suba 200 euros".
El panorama es similar en otros portales inmobiliarios, como Fotocasa o Habitaclia, donde el acceso a una vivienda completa mantiene el mismo precio, mientras también se ofertan habitaciones que rondan, como media, los 450 euros.
Según explica a EFE uno de los abogados del Sindicatos de Inquilinos, Víctor Palomo, está práctica se está extendiendo cada vez más entre los arrendatarios: una fórmula para conseguir mayor rentabilidad y “saltarse” la Ley de Arrendamientos Urbanos.
“Cuando has visto más de veinte pisos en pésimas condiciones, firmas lo que te pongan por delante. No tienes fuerzas para luchar”, afirma Palomo ya que el alquiler de habitaciones se regula a través del Código Civil y se establece un “acuerdo entre las partes” que, en la mayoría de las situaciones, son las exigencias de los caseros.
"Pueden hacer lo que les dé la gana", asevera Palomo y apunta que, desde el Sindicato, está teniendo constancia de la existencia de grupos de Telegram de caseros en los que recomiendan el fraccionamiento de las viviendas de alquiler e incluso comparten datos de constructoras para llevar a cabo ese tipo de obras con las que reestructurar el espacio.
Desde Más Madrid, en declaraciones a EFE, el diputado en la Asamblea de Madrid encargado de la vivienda, Jorge Moruno, denuncia la continua proliferación de la infravivienda y advierte de la necesidad de regular el alquiler por habitaciones: “Se trampeará la ley si no se regulan las habitaciones. Habrá propietarios que se dedicarán a alquilar los pisos troceados para sacar una rentabilidad mayor”, apunta.
"Hay que regular unas condiciones mínimas de habitabilidad y monitorizarlo para evitar que se anuncien ese tipo de viviendas (...) Las instituciones, especialmente las comunidades autónomas, son las que tienen que tomar cartas en el asunto para impedir ese tipo de ofertas depredadoras", ha aseverado el diputado de Más Madrid.
Desde el grupo parlamentario socialista, la diputada Cristina González comparte la visión de Más Madrid y destaca en declaraciones a EFE que el problema no es sólo la infravivienda sino que se está expulsado a la gente de la ciudad: “Se les expulsa a la periferia, no solo de la ciudad, sino de la región. Cada vez más madrileños se van a comunidades autónomas colindantes porque aquí sí pueden acceder a una vivienda digna”.
El acceso a la vivienda no es sólo un problema para la gente joven sino que cada vez más se está extendiendo a otros sectores de la población como la clase trabajadora o familias monoparentales, destaca la socialista.
La falta de regulación de los pisos de alquiler turístico unido a la escasez del parque público de vivienda son las principales causas del aumento del precio del alquiler.
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