Así lo recoge la Organización Internacional del Trabajo en su informe “Prevenir la violencia y el acoso en el mundo laboral con medidas de seguridad y salud en el trabajo”. De acuerdo con este informe, la violencia y el acoso son un problema que se da en numerosos centros de trabajo a nivel mundial. Lamentablemente, ningún entorno laboral puede presumirse libre de acoso y violencia. En ese sentido, más del 20% de las personas trabajadoras admiten haber sufrido sufrido violencia y/o acoso durante su vida laboral. Éste no se limita a un lugar de trabajo específico, sino que incluye también los trayectos entre el domicilio y el lugar de trabajo, desplazamientos, actividades sociales y en el espacio digital relacionado con el mundo laboral.
La violencia y el acoso tienen un coste tanto en el plano personal como en el empresarial, al generar un alto impacto en la salud, bienestar y vida de las personas trabajadoras. Para la empresa puede materializarse en merma de productividad y el menoscabo de su reputación. Sin olvidar el impacto social que tienen este tipo de conductas: la pérdida de personas trabajadoras productivas y un aumento en sobre la presión de servicios sociales, médicos y el estado de bienestar. Esta problemática, estima la OIT, probablemente se agravará en el futuro, debido a las nuevas formas de contratación, el envejecimiento de la población ocupada, la intensificación del trabajo, la vigilancia digital y la falta de conciliación entre la vida laboral y la personal.
Convenio 190 y Recomendación nº 20 de la OIT
La OIT ha impulsado el Convenio 190 y la Recomendación nº 20 a través de los que se reconoce el derecho de todas las personas a un mundo laboral libre de violencia y acoso, en una concepción de seguridad y salud en el trabajo. El Convenio 190 destaca la necesidad de contar con un enfoque inclusivo sensible al género para prevenir y eliminar la violencia y el acoso en el mundo laboral, visibilizando la necesidad de trabajar en la prevención y el abordaje de los riesgos psicosociales en el trabajo. Reconoce que, tanto los factores individuales (subjetivos) como los colectivos (de la empresa), encuentran intersecciones que hacen un ambiente propicio para la presencia de la violencia y el acoso, por lo que se deben considerar de forma general dichos factores.
Por lo anterior, la OIT considera que la seguridad y salud en el trabajo resulta el enfoque más adecuado para combatir el acoso y la violencia en el entorno laboral, por distintas razones:
- se centra y actúa a nivel colectivo;
- permite atacar las cuestiones de fondo;
- ofrece respuestas sistemáticas y estructurales;
- permite movilizar a diversos actores/as del mundo laboral en torno a un objetivo común.
Protección desde la seguridad y salud en el trabajo con perspectiva de género
Desde USO consideramos que este enfoque centrado en la seguridad y salud en el trabajo resulta primordial para la protección de los derechos de las personas trabajadoras, integrando también la perspectiva de género. Es decir, se debe trabajar tanto en las necesidades de las personas trabajadoras, como en la prevención de riesgos y problemáticas específicas diferenciadas por sexo. Esto redundará, no solo en la creación de espacios seguros, sino también en avanzar en la protección y garantía de derechos individuales y colectivos, así como mejores condiciones para el diálogo.
Llevamos años trabajando en hacer frente al acoso y a la violencia. Sin embargo, aún no hemos logrado incorporar en la cultura laboral este enfoque de seguridad y salud en el trabajo, que permita no solo contar con un protocolo contra el acoso laboral y por razón de sexo, sino generar mejores condiciones generales en los espacios de trabajo, que combatan estas problemáticas basándose en la cohesión y el enfoque de protección a derechos, más que por la amenaza y la coacción. Debemos trabajar en fomentar una visión de derechos, igualdad y colaboración, más que en un paradigma de amenaza y prevención basada en la sanción.
No hay comentarios.