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Se ha escrito mucho sobre cómo Harvey Keitel interpreta a un personaje secundario, pero de gran impacto, en la película “Pulp Fiction”.  Este film de Tarantino, fue una revolución cinematográfica y rescató del olvido a John Travolta rodeándose de grandes del celuloide.

Harvey Keitel interpreta al Sr. Lobo.  El Sr. Lobo es una persona de confianza del jefe Marcellus Wallace interpretado por Ving Rhames, que lo llama cuando hay una situación más que complicada.

“Soy el Sr. Lobo, soluciono problemas”. Cada vez que veo a este personaje pienso en la abogacía, o sea, en mi profesión. “Soluciono problemas”, mira que me empecino en decirles a los clientes que el truco está en prevenir los problemas, pero es un mensaje que cuesta asumir sobre todo porque ese trabajo de revisión y redacción de contratos y de continua previsión, se paga mediante una iguala, un gasto fijo que las empresas no están muy convencidas en asumir.

Pero para cuando el apuro se ha generado, parece que, si en el umbral de la puerta aparece un señor que dice “soluciono problemas” el cielo se abre. Honestamente creo que el Sr. Lobo en la abogacía diría “Soy el Sr. Lobo e intentaré solucionar de la manera más rápida y económica su problema, aunque claro, si llegamos al Juzgado pues ahí nunca se sabe”. Es que parece más sencillo limpiar un coche de los sesos y la sangre esparcida por el disparo accidental de Vicent Vega (John Travolta) que solucionar algunos asuntos.

Pero una de las cosas que sí que conseguiría es la rapidez de llegar a su cita “Estoy a treinta minutos de ahí, llegaré en diez”. Menos lobos. Los abogados del Turno, al menos en Valencia, tenemos como tope media hora para llegar al centro de detención cuando este se encuentre a 25 kilómetros de distancia de nuestro despacho profesional. Eso nos hace mucho más efectivos.

De todas formas, esa impronta de infalibilidad que, supuestamente, han de transmitir los abogados, algunos la llevan hasta sus últimas consecuencias. No hay más que pasarse por algunas webs, páginas del Facebook o LinkedIn, para poder comprobar cómo un montón de profesionales del derecho son especialistas en absolutamente todo, o su especialidad va cambiando en función de las necesidades del mercado: hoy soy especialista en PAIs, mañana en derecho bancario, después en compliance sin que nada acredite esa especialidad, ni títulos ni experiencia. El señor Lobo no sé si será capaz de solucionarlo todo, pero desde luego, no creo que su imagen sea la del especialista veleta.

Por eso muchas veces hay que recordar aquella frase que decía el personaje “Que seas una personalidad no significa que tengas personalidad”.

A la hora de solucionar problemas el Sr. Lobo es pragmático y directo “Limpiar todo por dentro, pero sin que brille; las ventanas es otra cosa, las quiero bien brillantes”. Yo creo que perfecto es lo opuesto a bueno, no es extraño encontrarse con aquel que, al revisar un escrito, únicamente se fija en la forma entendida ésta por el tipo de letra, el tamaño, centrando sus críticas en estos aspectos que, si bien son importantes, no definen un escrito jurídico.  Esos excesos tanto lingüísticos como las ornamentaciones de formato (el tipo de letra “perfecto” para las demandas es…) resultan poco pragmáticos y nos hacen perder un tiempo precioso y sirven únicamente para sacar “defectos” de un escrito realizado por otro. No se trata de hacerlo de cualquier forma, pero tampoco de hacerlo de una única forma.

El Sr. Lobo no se deja amedrentar, de hecho, parar los pies a los dos asesinos interpretados por Travolta y Samuel L. Jackson, con educación, pero de forma tajante. ¡cuántas veces nos toca para los pies a…otras personas!

Otra cosa que hace el Sr. Lobo es no dejar que los que tienen el problema digan cómo solucionarlo. En éstas, el especialista, acaba por imponerse a los dos asesinos de forma bastante contundente, aunque sin perder el estilo. Ya sea por ser convincente o por rotundo acaban siguiendo las directrices que marca el factótum.

Lo que puede pasar en un despacho de abogados es que el cliente venga armado con la frase “he visto en internet” que suele ser un anticipo de que aquellos que vienen a solicitar tus servicios, van a controlar lo que haces porque ellos ya saben qué hay que hacer y pobre de ti si no sigues sus pasos y luego el asunto no marcha bien. Ya me gustaría ver lidiar esa situación al Sr. Lobo.

Pero no todos los escenarios se desarrollan en una situación negativa. También puede pasar que salga un juicio bien, o que tengas una pericial judicial tremendamente favorable, o, incluso,  una sentencia a favor en primera instancia; es entonces, cuando vas a dar esa noticia al cliente, que hay que estar controladamente contento.  Uno no ha ganado un asunto hasta que la sentencia es firme, toda celebración prematura puede traer como consecuencia un disgusto mayor.  Por eso, los triunfalismos hay que atajarlos, el Sr Lobo lo haría con su frase más prosaica que no recomiendo usarla ante clientes: “No empecemos a comernos las pollas”. 




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