En mi anterior post, amenacé con que en el siguiente iba a soltar mi mensaje de fin de año. Había pensado en decir algunas palabras más o menos grandilocuentes, de esas que quedan para la posteridad, al igual que hacen nuestras autoridades en sus respectivos mensajes de Navidad, de fin de año o de cuando sean. La cosa es decir algo que parezca muy importante de forma que los medios de comunicación llenen páginas y telediarios.

En mi modesta condición de ciudadano de a pie ya tengo claro que por mucho que diga y por grandilocuente que sea, no voy a llenar páginas, ni voy a salir en las noticias. Pero resulta que una vez más, la realidad del día a día de nuestra profesión viene a superar todas las expectativas y al final es lo que acaba imponiéndose. Así que voy a dejar las grandilocuencias de lado y voy a poner la guinda a este año que termina con lo ocurrido esta misma mañana.

Recibí hace unos días un par de diligencias de esas que nos requieren contra toda lógica y sentido para que presentemos en papel lo que acabamos de presentar por vía telemática. Curiosamente, un Juzgado me daba 3 días para subsanar y el otro 5. Es aquello de que la misma norma se lee distinto según quien la interprete. Así que voy esta mañana al Juzgado a presentar en papel lo que ya tienen en pdf. Pues resulta que no, que no me lo admiten porque hoy es día inhábil según el tipo de procedimiento por el que se tramita el asunto. Intento convencer a la funcionaria que tanto da, que si me lo cogen ya lo tienen y así no tengo que volver otro día. Que no, que no me lo cogen porque es inhábil y que vuelva el día 8 de enero que será el primer día hábil.

Lo mejor de todo es que telemáticamente podemos presentar cualquier cosa, sea inhábil o no el día en cuestión y todo fluye con absoluta normalidad. Pero parece que es muy complicado hacer lo mismo con los escritos presenciales. No sea que ganásemos algún día a la hora de tramitar algo. Será que nos tienen cariño y quieren volver a vernos por allí...

No sé, solo con que en 2024 consigamos ser un poco menos obtusos ya casi que me conformaba. Aunque me temo que nos viene encima un año épico con eso de las medidas de eficiencia digital y procesal que supuestamente deben ir aplicándose (RDL 6/2023...). Es evidente que mientras ocurran cosas como ésta, lo demás es aún y lamentablemente, ciencia ficción.

A pesar de todo, que en 2024 lo llevemos un poco mejor que en 2023 que igual conseguimos que se produzca el milagro.