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Alejandro Sánchez del Campo

  • “Las barreras legales que se puedan poner en un momento no serán suficientes para que los cambios tecnológicos lleguen al mundo de la abogacía. Aún está por ver su repercusión real”
  • “A muchos abogados les cuesta creer que la evolución tecnológica va a ser tan disruptiva como parece. Hacerse planteamientos sobre jueces robots o coches autónomos les descoloca bastante”

Desde hace tres años una empresa como Telefónica juega en un entorno digital. “Telefónica Digital nace con mentalidad de startup con ganas de explorar este universo. En su sector de telecomunicaciones ha sido la primera que abordó este tema y plantearse cuestiones sobre cómo relacionarnos con servicios sociales, qué servicios ofrecer y cómo afrontar realidades como big data o inteligencia artificial. Desde hace un año coge las siglas CCDO Chief Comercial Digital Officer para así generar el cambio dentro de la propia Telefónica”, aclara Alejandro Sánchez del Campo, abogado y Regulatory Counsel en Telefónica Digital.

Un profesional muy cercano a la innovación y cuyo blog replicantelegal.com es santo y seña para los expertos del sector. "El cambio más difícil no es en los sistemas o procesos, lo más complicado de cambiar es la actitud o mentalidad de una empresa. En Telefónica el cambio ha sido notable, de ser monopolio a ser una empresa que compita en su sector y que da servicios novedosos en Silicon Valley no es sencillo”, apunta.

Con este profesional hablamos, en una pausa de una jornada a la que ha acudido como ponente en el Dia Mundial de la Propiedad Intelectual, sobre transformación digital, innovación y cómo aceptan los abogados todos estos inevitables cambios. En estos últimos años se han creado iniciativas muy a tener encuentra Universitas Telefónica, entidad corporativa a las afuera de Barcelona, que transmite los contenidos de forma diferente al modelo tradicional. 

Y otra iniciativa es Wayra, ahora renombrada Openfuture, donde Telefónica apoya a startups con temas de innovación apostando por estos proyectos financieramente. “Hoy por hoy startups y tecnología se han unido en un único concepto de cara a la opinión pública”, indica.

¿Podría en algún momento nuestro país tener un modelo de innovación propio, como el que existe en EEUU y otros países avanzados?

Tendemos a pensar que en EEUU ocurren todas las cosas estupendas. Creo que hay que aprender mucho de ellos. No tienen miedo al fracaso y no te estigmatiza como pasa en nuestro país.  En España falta realmente una cultura seria de emprendimiento, lo cual no significa que haya más creatividad en EEUU que en nuestro país Su régimen legal favorece el emprendimiento y equivocarse lo ven normal. Sin embargo, el mundo latino tiene otros elementos a considerar, como la flexibilidad de cara a poner en marcha un negocio, impensable en países nórdicos.

Entiendo que para un abogado como usted, estar al tanto de tantos cambios e innovaciones no debe ser fácil…

No es fácil. Hay que darse cuenta que el trabajo en Telefónica es absorbente pero me parece relevante estar informado de lo que sucede tanto a nivel nacional como internacional. Y desde hace años aportar mi punto de vista sobre esos cambios y cómo van a afectar. En mi caso, no pretendo agotar los temas sino iniciarlos e ir avanzando…

De todo lo que le rodea, ¿Qué es lo que más le llama la atención?

Lo más sorprendente de este proceso de transformación tiene que ver con la velocidad de los cambios. Vivimos un momento en el que no somos conscientes de la velocidad de dichos cambios. En los últimos dos siglos ha habido cambios tecnológicos.Sin embargo, ahora tenemos sobre la mesa conceptos que pueden suponer cambios de paradigma. Es el caso de la inteligencia artificial y sus avances; aquí se habla ya de inteligencia artificial sectorial muy potente en los cambios en los que se aplica. Todavia queda por ver cuando se desarrolle plenamente si será una amenaza para la raza humana.

Da la sensación que el Derecho tiene que ser más permeable a su entorno…

Es evidente que a los abogados nos falta formación técnica para hablar de estos conceptos y otros como blockchain, drones o firma digital, al mismo tiempo se percibe que el Derecho debe abrirse a otras realidades. Se ha estructurado con disciplinas estancas dentro del mundo jurídico.

Creo que hay que perder el miedo a ser transversal en el mundo  del Derecho, tu especialidad está ahí, pero tienes que entender el resto de temas, no solo tecnológicos, sino también científicos. Ya lo dice una persona como Antonio Garrigues cuando señala que el abogado no puede permanecer ajeno a estos nuevos horizontes. De esa forma se tendría una perspectiva más amplia de la propia realidad.

Parece evidente que usted no es un abogado tradicional, por cómo ve ciertos temas…

Me gusta ver antes las oportunidades y las opciones que el tener una visión apocalíptica de los asuntos. Cuando ya conoces la teoría muy bien crees que es el momento de cotejar lo que sabes desde el punto de vista práctico. Estoy más cómodo en ambientes académicos más distendidos a nivel universitario al igual que otros de tecnología o de starups.

 Creo que hay que darse cuenta que preocupa cierto talibanismo que se observa en materia de privacidad y protección de datos donde compañeros señalan que determinadas cuestiones al venir respaldadas por la AEPD tienen que seguir ese criterio realmente.  Lo lógico sería que se ampliase más el punto de vista y entender la privacidad sin descuidar aspectos, civiles, etc

¿Qué tecnologías pueden tener más impacto en esa privacidad nuestra?

Hay avances tecnológicos que inciden en ella como los robots asistentes domésticos; drones o big data. Blockchain lo veo potente para generar disrupción en los intermediarios en la cadena de valor. Habrá que estar pendiente de los cambios que generan.

Quizás el quid de la cuestión está en cómo regular todas estas innovaciones tecnológicas que van llegando y superando a la anterior…

Es cierto, es la gran pregunta.Ver qué hacemos a nivel legislativo en este tipo de situaciones. Creo que hay una tendencia muy europea a regular las cosas de forma inmediata. En este contexto, soy más de la opinión de colegas de EEUU que piensan que lo mejor es dejar que se desarrolle en cierto grado; en muchos casos esa regulación puede condicionar al desarrollo de la tecnología. Ahí sigo las tesis del pensador americano Adam Thierer en su “Permission less innovation, que señala que la innovación no hay que regularla en principio, sino ver como se desarrollará para luego saber cómo actuar.

En estos últimos diez años de innovaciones, ¿Cómo ha evolucionado el perfil de abogado en este nuevo contexto más tecnológico que nunca?

Hay aún muchas reticencias y miedos, sobre todo infundados. De todo es sabido que el sector legal no es el más proclive a los cambios. Ahora se percibe cierta incomprensión a los cambios y cierto miedo a avanzar e innovar. Es necesario que abracemos con más intensidad conceptos como el de transformación digital, innovación tecnológica o disrupción. En otros sectores de la actividad económica vemos que surgen revoluciones de gran calado.

¿Pero esos cambios van a llegar al sector legal?

No tengo duda de que así será. Ya queda por ver si con la fuerza con que ha cambiado la industria o los medios de comunicación. Habrá que verlo.Ya estamos viendo soluciones que están cambiando parcialmente las reglas de juego. Los cambios suceden en EEUU e Inglaterra  y no han hecho más que empezar. Las barreras legales que pueda haber no serán suficientes para frenar ese desarrollo.

Hace unos días, Juan Picón en su charla en FIDE ya señalaba que hay soluciones, en casos de M&A, compras de empresa, ya hay soluciones tecnológicas que te elaboran un primer acuerdo fiable sobre la cuestión. Este tipo de avances van a suponer cambios importantes a la hora de actuar los propios abogados.  Al final se trata de aportar valor a tu cliente por encima de todo. Y seguir generando la relación de confianza con él.

¿Qué es lo más complejo para este abogado tradicional de entender?

Probablemente que esto es así y que los tiempos evolucionan hacia esa dirección. Muchos abogados no conciben que en el futuro puedan existir jueces robots. Si lo piensas no es una opción tan descabellada como se pudiera imaginar. Pero el planteamiento descoloca a más de uno que pueda suceder.

Las tecnologías en manos de criminales están generando otra forma de ver la innovación. Han llegado los ciberdelitos…

Es un signo de nuestro tiempo que hay que ver la forma de abordar. La constante habitual es que el fraude suele ir por delante de la legalidad. Dicho esto, se han producido cambios importantes a nivel legal y policial que acortan dicha distancia mucho. La lucha contra el crimen es fuerte ya que la escala de la amenaza es muy potente.

A nivel personal, hay que darse cuenta que cualquier teléfono móvil tiene las mismas prestaciones que un ordenador y que es la puerta de entrada a la privacidad de cada uno.  Un móvil de ahora es como el mejor ordenador de hace cuarenta años. 

Eso significa que también es una gran oportunidad usar ese dispositivo porque nos ayuda a ver la realidad de otra forma diferente a la de hace años. Se están produciendo muchos cambios a nuestro alrededor. Lo fascinante es vivirlo y poder entenderlo.




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