El Derecho del Trabajo de las últimas décadas en España es incomprensible e inseparable de los profesores Luis Enrique de la Villa Gil, Miguel Rodríguez-Piñero y Bravo-Ferrer y Juan Antonio Sagardoy Bengoechea. Sus publicaciones son indispensables para la construcción, el entendimiento crítico y la aplicación del Derecho laboral entre nosotros y son directores de Revistas científicas de referencia y maestros de importantes escuelas con decenas de Catedráticos de Derecho del Trabajo de distintas Universidades españolas que son sus discípulos y que han sido formados directamente por ellos, como es mi propio caso porque tengo la enorme fortuna de tener de maestro a Luis Enrique de la Villa a quien debo todo lo que académica y profesionalmente soy.

Lo anterior ya sería suficiente para destacar a tres grandes personalidades. Pero es que, además, o han tenido responsabilidades institucionales del mayor relieve posible, como es el caso del profesor Rodríguez-Piñero, quien fue nada menos que Presidente del Tribunal Constitucional y es en la actualidad Consejero Permanente del Consejo de Estado, o son dos figuras indiscutibles de la abogacía laboralista española, como es el caso de los profesores de la Villa y Sagardoy, quienes, como destacan todos los repertorios existentes, son los dos grandes referentes que tenemos, hasta el punto de que igualmente hay que decir que la práctica de la abogacía de Derecho Laboral es incomprensible e inseparable de ellos dos.

Es realmente maravilloso celebrar los ochenta años de los profesores de la Villa, Rodríguez-Piñero y Sagardoy, verlos en plenitud de sus facultades y poder seguir beneficiándonos de su inigualable magisterio. Los tres han llevado vidas académicas y profesionales paralelas y han mantenido una relación de amistad, que en el caso de los profesores de la Villa y Sagardoy llega a la legendaria hermandad, como es bien conocido. Creo que todos debemos de aprender de esta amistad y de esta fraternidad, que entre otros muchos proyectos e iniciativas se puso de relieve de forma sobresaliente cuando compartieron la Presidencia y las Vicepresidencias de la Asociación Española de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social (AEDTSS).

Además de la pasión por el Derecho del Trabajo, su capacidad de trabajo, el rigor y el espíritu indomablemente crítico, uno de los grandes legados que nuestras tras grandes personalidades nos dejan es la fraternal amistad, el respeto y la extraordinaria convivencia que siempre les ha caracterizado. Participaron en concursos de cátedras que solo podía ganar uno porque solo era una la plaza convocada; no siempre tuvieron puntos de vista comunes, pero los mantenían desde el respeto al otro, como complementarios y todos ellos necesarios; y defendieron intereses contrapuestos ante los tribunales, pero todo ello no perjudicó, sino que enriqueció, su amistad y su relación. Es lo que, más allá de lo académico y de lo profesional, hace que los profesores de la Villa, Rodríguez-Piñero y Sagardoy sean un ejemplo de vida, amistad, de “estar en el mundo” y relacionarse con compañeros de Universidad y de profesión desde el respeto, la pluralidad y la convivencia.

Todo esto es lo que nos han enseñado y es nuestra responsabilidad preservarlo y aplicarlo.