Estamos viviendo tiempos ciertamente duros. Cada vez se evidencia más el nivel de abusos que las mujeres llevan sufriendo desde hace miles de años. Cuando creíamos que el acoso era algo grave pero puntual que poco a poco va remitiendo nos encontramos ante una ola de casos que nos hacen ver la realidad. En Hollywood el caso Harvey Weinstein, los casos de acoso sexual en el Parlamento Europeo y el juicio a “La Manada” en Pamplona. Una auténtica vergüenza que no es más que la punta del Iceberg de un problema gravísimo, generalizado e intolerable. ¿Y en los despachos de abogados?
El 55% de las europeas han experimentado una o más formas de acoso sexual a lo largo de su vida, de acuerdo con la agencia de Derechos Humanos de la UE. El 33% han experimentado violencia física y/o sexual desde los 15 años y una de cada cinco admite sentirse acosada. ¿Alguien puede de verdad pensar que son casos puntuales y que no hay que generalizar? Como hombre no puedo más que sentir vergüenza tras conocer estos datos.
Tampoco he entendido porqué las mujeres no utilizan el enorme poder político, como votantes, y económico, como consumidoras, que tienen para dar un vuelco a esta situación. Pero no quiero hablar de eso ahora. Sino sobre el acoso sexual a las mujeres en los despachos de abogados. Porque doy por supuesto que se da. Como se da en todas actividades y en todos los países. Viendo lo que estamos viendo considero ridículo entrar a discutir o analizar si en el mundo de la abogacía no se da o si se da menos que en otros sectores. Se da como se da en todos los sitios. No seamos ingenuos.
El miedo a perder el empleo es el principal factor que disuade a quiénes sufren situaciones de acoso en el trabajo y que les disuaden de tomar medidas legales. Las denuncias por estos delitos han descendido en los últimos años, sin duda debido a la crisis económica y la precariedad laboral, contribuyendo a invisibilizar el problema.
A pesar de que la Ley de Igualdad de 2007 estableció protocolos específicos para la lucha contra este tipo de abuso, cunde la sensación de que si se denuncia, la víctima acabará perdiendo el empleo. Y si no lo hace, probablemente también, porque en muchos casos las mujeres acaban renunciando, camuflando su caso dentro de las bajas voluntarias.
Veamos unas pautas y pasos que pueden darse para evitar y actuar ante el acoso sexual en los despachos de abogados y departamentos legales de las empresas.
1º Documenta lo ocurrido incluyendo todos los detalles
Es vital documentar todos los detalles de la situación de acoso. La fecha y cada detalle de lo ocurrido. Aunque se, que es algo embarazoso y duro intenta describir lo sucedido con el mayor grado de detalle posible, localización, expresiones, etc e identifica a cualquier testigo potencial que creas pudo presenciar o haber sido conocedor del acoso que has sufrido.
Guarda todos los correos electrónicos, mensajes de texto o voz relacionados con ese suceso. Imprime todos los que puedas para llevártelos a casa y envía los correos electrónicos a una cuenta de correo electrónico privada que no chequees desde el trabajo. Ha habido casos en que algunas empresas han bloqueado el acceso de la empleada a su correo electrónico y si pasa eso tus pruebas se habrán esfumado. Incluso si el acoso es reiterado y puedes prever cuando va a volver a darse puedes intentar grabar ese acoso. Aunque muchas veces los jueves no admiten esas grabaciones.
2º Revisa la normativa del despacho o empresa
Revisa la normativa interna de tu compañía para encontrar qué tipo de comportamientos están prohibidos o son sancionables para poder construir tu caso. Cruza las acciones, palabras, etc. sufridas que has anotado con la normativa interna para poder argumentar que el comportamiento de la persona que te ha acosado es sin ninguna duda inapropiado y merecedor de sanción.
3º Encuentra aliados
Encontrar compañeras en tu despacho o empresa que hayan podido sufrir acoso puede ayudarte de muchas maneras. Personas que hayan pasado por lo que tú estás pasando pueden estar dispuestas a hablar de ello. Elige con sensatez y piensa de forma estratégica. Encuentra personas con poder que puedan ayudar. Y por supuesto, habla de este problema con personas muy concretas y de forma discreta. Evita que tu situación se convierta en tema de cotilleo del despacho. Si necesitas testigos, se cuidadosa con quien eliges. Asegúrate que aquellos en quien confías te son leales y que no comentarán a nadie que estás preparando un caso para defenderte del acoso que estás sufriendo. Quieres que sea un caso claro y limpio sobre violación de tus derechos y la forma en que se ha hecho. Y eso se puede arruinar si tu situación se comienza a conocer y a rumorear. Se inteligente y protégete lo mejor que puedas.
En la mayoría de denuncias presentadas, el entorno profesional de la víctima suele decidir permanecer en silencio. Las apoyan en privado, pero cuando la cuestión llega a los tribunales optan por evitar las represalias laborales que a ellos les pueda acarrear.
4º Acude a los canales apropiados
Cuando revises la normativa interna de tu despacho averigua a quien supuestamente debes informar de un caso de acoso sexual. A menudo será al director de recursos humanos del despacho o empresa. Por supuesto ya eres mayorcita para saber si el director de recursos humanos que tienes es un profesional serio en quien se puede confiar o si está más preocupado de mantener su sueldo, su coche de empresa de alta gama y su apartamento en una estación de esquí o en la playa de alguna isla afortunada. En este último caso deberás tener aún más cuidado ya que si el acosador es un colega directivo puede tener la tentación de protegerle y contar lo que estás haciendo y moviendo. Por desgracia es algo bastante habitual.
Una vez identificada la persona a la que debes comunicar tu caso deberás hacer esa comunicación. Y el cómo la haces también es importante.
5º Conoce los riesgos
Hablar de forma clara sobre lo que de verdad pasa es arriesgado y desencadena un proceso que frecuentemente termina con un cambio de trabajo o en un país como el nuestro, con unas tasas de desempleo escalofriantes, en el paro. Moverte e intentar encontrar alguna oferta de empleo, aunque no quieras cambiar de trabajo, te dará más seguridad para atreverte a denunciar el intolerable acoso que estás sufriendo. Si denuncias el acoso piensa también en cómo puede afectarte a la hora de encontrar un nuevo empleo. Y no asumas que por denunciar el caso tu acosador va a ser castigado o despedido. Puede que simplemente le cambien de puesto o que te lo cambien a ti.
6º Considera emprender acciones legales
Si sigues los canales establecidos en tu despacho o empresa y denuncias el caso tu despacho o empresa debería actuar. Si no lo hace o lo hace de una forma que consideras inapropiada contacta con un abogado especialista en estos casos.
Por supuesto que si el acoso es grave el canal podrá o deberá ser el policial y judicial.
Aunque parece que se ha avanzado mucho laboralmente, pero no penalmente. Los jueces siguen desestimando muchos casos porque se alegan que no fue prolongado en el tiempo o por falta de pruebas.
Un buen testimonio de la mujer y una buena elaboración de un informe médico influyen, pero al final lo que piden en un tribunal son pruebas. Porque ante el juez será tu palabra contra la del acosador. Y las grabaciones de los acosos muchas veces no se admiten en los juicios.
Recuerda, es tu decisión
Por supuesto, seguir o no adelante es una decisión personal. Cuando se trata de denunciar un caso acoso sexual hay que elegir entre diferentes niveles de incomodidad. Permitir que la persona (depredador) que te está acosando y humillando siga haciéndolo o encarar esa situación y denunciarla. Cada uno debe tomar la decisión que crea más conveniente pero cuanto antes se tome mejor.
Y también es decisión de los despachos de abogados establecer normas internas claras que disuadan de cometer estas prácticas. Pero sobre todo lo más importante es cómo actúen una vez sean conocedores de una situación de acoso dentro del despacho. ¿Vamos a permitir tener como compañero, jefe o asociado a un depredador sexual por muy buen compañero, amigo y abogado que sea?
#MeToo