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Las cláusulas de los contratos, del tipo que sea, siempre son motivo de disputa en el caso de poder ser, o no, consideradas abusivas.

En los préstamos bancarios con más importancia, al exigir, a menudo, el aval de terceros para su concesión.

No sería nada extraordinario a no ser que esos terceros, contra quienes se puede ir y perder su patrimonio, a menudo, no tienen ningún tipo de relación comercial ni buscan ningún tipo de lucro, al aceptar convertirse en avalistas.

Se trata de tener, o no, la condición de consumidor, lo que facilita conseguir la nulidad de un aval bancario por abusivo.

Anulación de avales por cláusulas abusivas

Un aval bancario tiene tres caminos para solicitar su anulación por contar con cláusulas abusivas, una hipoteca, renuncia de derechos de excusión, división y orden, y avales altruistas.

Se trata, en todos ellos, de que, para conceder un préstamo, se exige una doble garantía que puede ser abusiva.

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea considera su nulidad, y su condición de abusivas, por falta de transparencia, en la actuación de las entidades bancarias.

En la gran mayoría de los casos, los avalistas acuden a firma sin recibir ningún tipo de información de lo que están a punto de hacer y de los riesgos que asumen, que no son pocos, ya que dejan en manos de quien avalan, el destino de sus bienes presentes y futuros.

Cláusulas abusivas en hipotecas

Las hipotecas son préstamos que se garantizan con el propio bien inmueble que se quiere adquirir.

Esto significa que si se deja de pagar el préstamo concedido, la entidad bancaria tiene la posibilidad de quedarse con él, como pago.

Hasta ahí se ve como lo más normal, dar una cantidad para la compra de “algo”, si no se cumplen con las condiciones, el banco se queda con ese “algo”.

Otra cosa es que, además, se exija una doble garantía de pago, el aval de un tercero, quien pone a disposición todos sus bienes presentes y futuros, en caso de que el deudor principal deje de pagar.

Renuncia derecho de excusión, división y orden

Estos tres derechos a los que muchas veces se renuncia sin conocimiento de los que se está haciendo, entiende la jurisprudencia que pueden considerarse abusivos y, por tanto, nulos.

Con esto, a la primera de cambio, en el momento en que se deja de pagar, la entidad va contra el avalista, quien se encuentre indefenso por haber renunciado a ellos.

Actuar así va en contra de la Ley de los Consumidores y Usuarios, no se puede requerir el pago a estas personas antes de haber intentado que, quien lo tiene que hacer en primer lugar, lo haga.

¿Qué es beneficio de excusión?

El derecho del fiador a oponerse a que se ejecuten sus bienes hasta que no se hayan acudido a por todos los del deudor.

Con su renuncia, ante el primer impago, sin comprobar nada más, se puede recurrir al avalista.

¿Qué es beneficio de división?

En caso de que haya varios fiadores, entonces la deuda debe dividirse a partes iguales.

Con este beneficio, cada avalista es responsable y debe avalar la parte que le corresponde, no más, y, en caso de su renuncia, la entidad puede iniciar la ejecución de la totalidad de la cantidad avalada, sin tener en consideración que solo sea responsable de una parte.

¿Qué es beneficio de orden?

Los avalistas tienen derecho a que se acuda a ellos una vez que se haya ido contra el deudor, es decir, que lo primero es comprobar que el deudor principal no tiene con qué pagar la deuda y tras asegurar que es así, se acude al avalista.

Con su renuncia, al primer impago, la entidad acude al camino fácil, ir contra la persona que avala, sin haber hecho ninguna investigación de si el deudor principal cuenta con patrimonio para hacerlo.

Avales altruistas

Se limita a empresas que solicitan préstamos avalados por los socios y por el administrador de la sociedad.

Cuando se requiere, además, aval de un tercero que no tiene nada que ver con la empresa, de manera profesional, que no obtiene beneficio de ella, alguien ajeno profesionalmente a la Sociedad, se llama un aval altruista.

Son terceros sin propósito económico, no buscan nada a cambio, y no tienen vínculos profesionales, con la empresa ni con su actividad.

En este caso, se puede considerar un aval nulo por abusivo, si esa persona o entidad, tiene la condición de consumidor.

Condición de consumidor, ¿qué es?

Condición o calidad de consumidor se considera cuando esa persona que se presenta como avalista no tiene relación profesional con la empresa.

Esa persona actúa con un propósito ajeno a su actividad, no existen vínculos más allá que los personales.

No es extraño ver como los préstamos de una empresa pueden estar avalados por el administrador y, además, por un familiar, su esposa o su hijo, que no tienen nada que ver con las actividades de la sociedad, y su relación se limita al parentesco.

Es una relación peligrosa porque, esta esposa o este hijo, pueden perder sus bienes en caso de que la empresa vaya mal y los créditos no se paguen

En el artículo 3.1 del Real Decreto Legislativo 1/2007, de 16 de noviembre, por el que se aprueba el Texto Refundido de la Ley General para la Defensa de Consumidores y Usuarios, encontramos el concepto de consumidor:

“Son consumidores o usuarios las personas físicas que actúen con un propósito ajeno a su actividad comercial, empresarial, oficio o profesión.”

Además:

“Las personas jurídicas y las entidades sin personalidad jurídica que actúen sin ánimo de lucro en un ámbito ajeno a una actividad comercial o empresarial”

En definitiva, se tiene la condición de consumidor cuando no se actúa buscando beneficio propio, y se es ajeno a todo lo que haga la empresa, sencillamente se presentan como avalistas para dar solidez a la solicitud y facilitar la concesión.

Es obligación de la entidad bancaria, antes de solicitar cualquier firma que comprometa a una persona, dar toda la información de lo que está haciendo, del compromiso que adquiere y de sus responsabilidades.

No actuar de esta manera es reconocido por la ley una falta de transparencia y de buena fe, que deriva en la nulidad de ese aval.

Ante este tipo de situaciones en las que se asumen unas responsabilidades, y se desconocen las consecuencias, se necesita ayuda legal de alguien que ponga un poco de claridad a algo que se acepta con la mejor intención del mundo, y puede terminar haciendo que pierdas todo lo que tienes.




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